El director de la cárcel de alta seguridad de Combita, en Boyacá, Colombia donde se encuentra encarcelado Jhon Jairo Velásquez Vásquez alias ‘Popeye’, el temible jefe de sicarios de Pablo Escobar, recibió el viernes la orden de dejar en libertad a este renombrado prisionero.
“Según fuentes en el penal, el juez condicionó la libertad al pago de 9 millones de pesos, además de un periodo de prueba de buen comportamiento de 52 meses y 22 días. Durante ese tiempo deberá tener un comportamiento excelente, de lo contrario volvería a prisión. Velásquez debe informar todos sus movimientos, lugar de residencia, y no podrá salir del país hasta tanto cumpla con el total de su condena”, explica una nota del periódico colombiano El Tiempo.
El testimonio de Popeye, ofrecido en numerosas entrevistas, a partir de las que tuvo en la prisión de máxima seguridad de Cómbita con la periodista Astrid Legarda para el libro "El verdadero Pablo: sangre, traición y muerte", ha sido clave para desentrañar los manejos del Cartel de Medellín y del narcotráfico en general.
En lo personal ha confesado que asesinó directamente a 250 personas, entre ellas a su esposa, coordinó alrededor de 3.000 muertes y 200 carros bomba y organizó decenas de secuestros, entre ellos el del expresidente Andrés Pastrana.
El sicario ha descrito los nexos de Cuba con Pablo Escobar, que se iniciaron, según él, cuando Jorge Avendaño, apodado el 'Cocodrilo', facilitó las relaciones entre Escobar y Fidel Castro, que a su vez lo conectó con Raúl.
El jefe de los sicarios del cartel de Medellín ha asegurado que la relación entre Escobar y Fidel Castro era permanente y fluida, por cartas y terceras personas, y que se inició a través de comandantes de la guerrilla M-19.
También ha detallado la participación de los cubanos en el narcotráfico: la droga salía del puerto de Buenaventura por mar hacia las costas mexicanas, donde era recibida por los socios locales; allí era subida a aviones con matrícula mexicana y despachada rumbo a Cuba.
Una vez en la isla “los militares cubanos, al mando del general Ochoa y el oficial Tony de la Guardia, bajo instrucciones directas de Raúl Castro, se hacían cargo de la mercancía, custodiándola para posteriormente embarcarla en lanchas rápidas, tanqueadas con gasolina por cuenta de los cubanos, con destino a Estados Unidos, entrando por Cayo Hueso”.
“Popeye” ha explicado que los cubanos recibían “2.000 dólares por cada kilo de droga transportada y 200 dólares por cada kilo custodiado” y en cada envío hacia Cuba por avión, “se cargaba un promedio de 10.000 a 12.000 kilos”.
El jefe de sicarios de Escobar, que ha cumplido 24 años en prisión, ha confirmado la comprometedora participación de Raúl Castro y los ayudantes del general Arnaldo Ochoa y el coronel Tony de la Guardia, los dos enlaces cubanos, el capitán Jorge Martínez Valdés y el oficial Amado Padrón.
Puede encontrar más detalles del testimonio de Popeye en este artículo de Rolando Cartaya y en esta entrevista con la periodista María Elvira Salazar.