La compañía canadiense que opera la fábrica de níquel de Moa sufrió las consecuencias de las sanciones de la Administración Trump contra el régimen cubano, informa este miércoles la revista Financial Post.
Sus decisiones para enfrentar las medidas estadounidenses podrían convertirla en un ejemplo de que la estrategia de Washington está funcionando, al desalentar a grandes compañías a hacer negocios con el gobierno de La Habana.
“En vez de encarar demandas [al amparo del Título III de la Ley Helms-Burton], estas compañías podrían decidir no gastar su dinero en Cuba”, dijo a al medio canadiense John Boscariol, jefe de un grupo de asesoría jurídica especializada en derecho comercial en el bufete McCarthy Tétrault LLP.
Sherritt International vio interrumpido el suministro de petróleo a sus minas en Moa, y aunque el gobierno de Miguel Díaz-Canel pagó su contribución mensual de 2.5 millones de dólares, todavía le debe 154.8 millones a la firma canadiense, de acuerdo con un analista del National Bank of Canada citado por la revista.
“Las sanciones de Estados Unidos siguen siendo una preocupación para nosotros”, declaró la semana pasada el presidente ejecutivo de Sherritt, David Pathe, en una conversación con analistas citada por Financial Post. “Es probable que en los próximos meses aumenten las sanciones, y eso complica aún más nuestra capacidad de pronosticar los pagos de Cuba”.
Entre otras medidas de austeridad, la firma se vio obligada a reducir la cantidad de camiones que trabajan en las minas de Moa para ahorrar petróleo en medio de los recortes de suministros. Ahora las provisiones de combustible han vuelto a la normalidad, según informes recientes mencionados por el diario.
Sherritt International es el mayor inversionista privado en Cuba. Además de operar la fábrica de níquel de Moa desde 1995, produce electricidad, petróleo y gas dentro de la isla. En el segundo trimestre de este año produjo 4,420 barriles por día, 6 por ciento menos que los 4,689 del mismo periodo en 2018, según la propia compañía.
En agosto, la firma canadiense reportó haber vendido sus intereses en la exploración de gas natural en Paquistán para concentrarse en sus negocios en Cuba, de acuerdo con Financial Post.
