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¿Secreto, golpe político, sorpresa?, el silencio de Pyongyang ante la diplomacia entre Cuba y Seúl


El líder norcoreano Kim Jong Un despide a Miguel Díaz-Canel y su esposa Lis Cuesta en Pyongyang, el 7 de noviembre de 2018 publicada por la Agencia Central de Noticias de Corea del Norte (KCNA). KCNA vía REUTERS
El líder norcoreano Kim Jong Un despide a Miguel Díaz-Canel y su esposa Lis Cuesta en Pyongyang, el 7 de noviembre de 2018 publicada por la Agencia Central de Noticias de Corea del Norte (KCNA). KCNA vía REUTERS

El silencio de Pyongyang ante el reciente establecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Corea del Sur, oficializadas el pasado 14 de febrero, ha llamado la atención de diarios como el Nikkei Asia y The Korea Times.

Estas publicaciones han señalado que la prensa de Corea del Norte, acostumbrada a referirse a Cuba con bastante frecuencia, considerándola una “hermana” debido al permanente alineamiento de La Habana con Pyongyang desde 1960, no ha vuelto a mencionar a su aliado comunista en el Caribe.

"Aunque la cooperación económica entre Cuba y Corea del Norte pudiera haber sido limitada, la confianza mutua y la cooperación entre los dos países socialistas eran sustanciales. Desde esta perspectiva, creo que Corea del Norte se habría visto considerablemente sacudida", afirmó Yang Moo-jin, presidente de la Universidad de Estudios Norcoreanos a The Korea Times.

Más adelante, refiriéndose a la exclusión del régimen de La Habana de sucesos de importancia nacional como las festividades por el cumpleaños de Kim Jong Il, el experto opinó: "Si echamos la vista atrás en la historia, en la década de 1990, cuando se establecieron relaciones diplomáticas entre Corea del Sur y China, y entre Corea del Sur y Rusia, Corea del Norte se encontró algo aislada. A pesar de las reticencias iniciales, Corea del Norte acabó reconociendo las relaciones diplomáticas. Reflexionando sobre esto, el reciente establecimiento de relaciones diplomáticas entre Corea del Sur y Cuba puede verse como una situación que Corea del Norte no tiene más remedio que aceptar. Podría servir potencialmente como una oportunidad para que Corea del Norte refuerce su cooperación con China y Rusia."

The Korea Times asegura que en el Rodong Sinmun, un periódico ampliamente considerado como la voz del gobernante Partido de los Trabajadores de Corea y que cubría habitualmente diversos aspectos de la relación de Corea del Norte con Cuba, hay una ausencia notable de mención a Cuba en el periódico. Lo mismo sucede con la Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA).

Un funcionario de alto nivel de la presidencia surcoreana señaló que la apertura de relaciones entre Seúl y La Habana “inevitablemente asestará un golpe político y psicológico significativo” a Pyongyang.

El funcionario, que habló bajo condición de anonimato durante una reunión con periodistas, como indican las normas de su departamento, dijo que el gobierno del presidente, Yoon Suk Yeol, ha trabajado de forma activa para entablar relaciones con Cuba, pero que Cuba tenía reparos en un principio debido a su cercanía a Corea del Norte.

“La apertura de lazos diplomáticas (con Cuba) es la culminación de nuestros esfuerzos de expandir nuestra diplomacia a naciones que han formado parte del bloque socialista, incluidos países que han sido amistosos con Corea del Norte”, indicó el funcionario surcoreano.

El funcionario indicó que Corea del Sur había informado con antelación a Estados Unidos sobre su decisión.

Por su parte, el diario Nikkei Asia aseguró que “las conversaciones entre Seúl y La Habana se mantuvieron en estricto secreto, sólo conocidas por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Corea del Sur y unos pocos funcionarios de la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, donde se concluyó el acuerdo el 14 de febrero. Las dos partes gestionaron cuidadosamente la noticia, acordando anunciarla cinco minutos después del intercambio de notas diplomáticas que tuvo lugar allí a las 8 de la mañana”.

Este medio apuntó que los vínculos de Seúl con La Habana "han causado un gran revuelo en Corea del Norte (...) más de una semana después, aún no había sido mencionado en los medios norcoreanos, lo que aparentemente confirmaba que Pyongyang fue tomado por sorpresa".

Los dirigentes de Corea del Norte "deben estar conmocionados y furiosos", dijo a ese diario una fuente norcoreana familiarizada con la situación en Pyongyang.

Nikkei Asia definió dicho acuerdo como “un golpe diplomático de la administración del Presidente surcoreano Yoon Suk Yeol".

"Parece que Cuba, ávida de cooperación económica e intercambios culturales con nosotros, quería establecer relaciones diplomáticas con nosotros sin informar al Norte", dijo un alto funcionario surcoreano citado en la publicación especializada en temas económicos.

Dos días después del anuncio, el 16 de febrero, el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel destacó en sus redes sociales las buenas relaciones con Corea del Norte y su canciller Bruno Rodríguez, dijo que eran "históricas e invariables", desde que fueron forjadas entre Fidel Castro y Kim II Sung.

Lim Soosuk, vocero del Ministerio surcoreano de Exteriores, dijo que la apertura a Cuba permitiría nuevas oportunidades de negocio para las firmas surcoreanas y facilitaría que Corea del Sur prestara asistencia consular a sus ciudadanos en la isla caribeña.

“En el futuro nuestro gobierno participará de forma activa en nuevos diálogos con el gobierno cubano para fomentar la amistad, lo que incluye abrir embajadas”, dijo Lim.

El pasado 15 de enero el líder norcoreano ordenó poner fin oficialmente a las relaciones entre la República Popular Democrática de Corea y Corea del Sur y disolver todos los organismos encargados de acercar a las dos Coreas.

Además, declaró que se cortarán las vías de la antigua línea de ferrocarril que unía ambas partes de la península para dejarla "en un nivel irreparable" así como demoler el Arco de la Reunificación, situado en Pyongyang.

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