La expulsión de periodistas independientes cubanos de la tierra que los vio nacer es el tema principal del informe anual correspondiente al 2022 presentado este lunes por el programa de Centroamérica y el Caribe de Artículo 19.
En la presentación del informe "Silencio y destierro, el exilio forzado de periodistas independientes en Cuba”, cinco comunicadores expusieron, a través de una videoconferencia, sus experiencias con esta técnica de coerción de la Seguridad del Estado que tiene como preámbulo amenazas e intimidaciones.
“El uso recurrente de estas prácticas se ha intensificado luego de las manifestaciones del 11 de julio de 2021 y ha formado parte de la agudización de la ola represiva desatada por las autoridades”, denuncia la organización que tiene su sede en México, DF.
Artículo 19 registró 403 agresiones a periodistas independientes y activistas en Cuba en 2022, el 81 % cometidas por la Seguridad del Estado.
En su intento de evitar cualquier oposición o crítica, el gobierno cubano ha eliminado casi por completo el periodismo independiente dentro de la Isla.
Camila Acosta, reportera de Cubanet, relató la "tortura física y psicológica" que enfrentan los periodistas independientes que, como ella, todavía no han optado por el exilio.
A lo anterior, María Matienzo, periodista de Cubanet que actualmente vive en Argentina, agregó: “Hacemos periodismo desde la precariedad y cuando hablo de precariedad hablo, no solamente, del poco acceso a la información que tenemos, sino al poco acceso a la tecnología que debiéramos tener para poder trabajar con cierto nivel de seguridad informática”.
“Es doblemente desgastante, es como hacer periodismo en medio de una guerra, sobre todo porque es una guerra contra nosotros, una guerra contra la sociedad cubana, a modo general”, recalcó Matienzo.
En este sentido, la reportera Luz Escobar, del diario 14ymedio, departió acerca del deterioro que la intervención de los agentes de la policía política logran establecer en las relaciones del periodista con su familia, con sus amigos y colegas, una de las razones que la impulsaron a exiliarse en España:
“Ellos empiezan a mentir para que tú creas cosas que están pasando a tu alrededor y te sientas incómoda, te sientas frágil. Conmigo, las amenazas ya traspasaron el límite de mi persona y comenzaron a influir en mis dos hijas, que son adolescentes, una tiene 13 y otros 15 años. Comencé a recibir citaciones de la oficina de Atención a Menores que es una dependencia del Ministerio del Interior y ya esto me puso muy mal”.
“Lo otro es que yo me di cuenta que ya me habían dejado, prácticamente, con las manos atadas: yo no podía salir de mi casa, yo no podía articularme con ninguno de mis colegas. Yo recibí un ataque constante que tiene que ver básicamente con arrestos arbitrarios, vigilancia y cortes de Internet”, subrayó Escobar.
Cynthia de la Cantera, del medio especializado en Tecnologías de la Información y la Comunicación, se refirió a las tres opciones que le dejó la Seguridad del Estado: delatar, afrontar un proceso penal o dejar el periodismo.
"De estas tres decidí dejar el periodismo. Siempre que hablamos de renuncias, tenemos que hablar de renuncias forzadas", puntualizó.
El periodismo en el exilio se convirtió en la única alternativa. Esto significa la ruptura de sus planes de vida, el desarraigo, la separación familiar, así como la imposibilidad de regresar a su país.
Debido al creciente éxodo de periodistas, ya sean graduados de la carrera o formados por el ejercicio de muchos años, Darcy Borrero que labora para el Diario Las Américas, instó a prestar mayor atención al periodismo ciudadano:
“Hay que atender también a los periodistas que emergen en este contexto, y que son autodidactas, que se van formando en la medida en que recorren este camino; a esos ciudadanos, con muchas inquietudes, y que, en muchos casos, han sido quienes han contado realidades de Cuba”, señaló.
En la presentación virtual el director regional de México y Centroamérica de Artículo 19, Leopoldo Maldonado llamó a la comunidad internacional a involucrarse más de cerca y tomar acciones mediante los mecanismos intergubernamentales para avanzar en el respeto a los derechos humanos en Cuba.
“Los derechos humanos necesitan una garantía eficaz y efectiva. No hay garantías de independencia judicial, es el Estado cubano en su conjunto persiguiendo, generando y rompiendo el tejido social, generando descrédito, generando desconfianza, rompiendo familias, generando también violaciones mediante este exilio y este desplazamiento forzado, violaciones a la seguridad personal, a la integridad de las personas, no solo en contra de quienes son el objetivo primario, sino en contra de sus familias”.
Más adelante, apuntó que “la violencia de Estado contra cualquier voz crítica no es nueva en la isla, pero da cuenta del recrudecimiento de esa violencia y cómo se ha agudizado, particularmente, contra las expresiones críticas de la comunidad artística, periodística o de derechos humanos".
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