La más grande de las manchas solares observadas en el Sol en más de 20 años ha estado disparando hacia el espacio colosales llamaradas solares con una carga de plasma coronal que alcanza hasta miles de kilómetros de distancia desde la semana pasada, y aún produce fuertes tormentas en la superficie del Sol.
La enorme mancha solar entró en erupción con una gran llamarada, alcanzando un máximo de alrededor de 10:47 a.m. del domingo. El brote causó un fuerte apagón de radio en la Tierra, de acuerdo con el Centro de Predicción del Clima Espacial del Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos.
Esta llamarada solar es la cuarta clase X (la más poderosa de las tormentas solares) en igual número de días. La mancha solar, detectada en la llamada Región Activa 12192 (también conocida como AR 2192), registró otra segunda erupción de magnitud X1 el sábado, mientras que la del domingo fue X2, la más intensa.
La erupción solar del domingo fue "la tercera de clase X en las pasadas 48 horas, desde la más grande vista en la región activa del Sol en 24 años", afirmó la portavoz de la NASA, Karen Fox, tras señalar que a otra llamarada clase X3.1 ocurrió el viernes 24 de octubre.
La región activa en el Sol también es responsable de producir dos grandes llamaradas de clase M –tormentas solares moderadas– desde el viernes. La más reciente de clase M (categorizado como un M6.7) alcanzó su punto máximo el lunes a las 6:09 a.m.
Fox añadió que "una explosión X2 es dos veces tan intensa como un X1, y X3 es tres veces más intensa". A veces, las grandes erupciones solares son seguidas por enormes explosiones de plasma caliente conocidas como eyecciones de masa coronal (CME) lanzadas fuera del Sol. Grandes CMEs pueden causar tormentas geomagnéticas o impulsar el potencial de las auroras boreales en la Tierra.
La científica explica que las llamaradas de clase X pueden ser peligrosas para los astronautas y las naves espaciales en órbita alrededor del planeta. La radiación puede interrumpir las señales de radio y de comunicación, pero las erupciones solares no pueden lesionar a las personas en la superficie de la Tierra.
La atmósfera del planeta actúa como una barrera protectora de la radiación dañina. Aunque la llamarada X3.1 del viernes fue una poderosa tormenta solar, no es la más potente del año. En febrero de 2014, el Sol descargó una tempestad de clase X4.9.
El jueves 23 de octubre, los observadores del cielo alrededor de América del Norte pudieron ver una de las manchas solares durante un impresionante eclipse solar parcial. Muchos que intentaron fotografiar el evento cósmico fueron capaces de ver la enorme mancha en la superficie del Sol.
Durante dichos fenómenos cósmicos, los científicos aconsejan no mirar de forma directa al Sol a través de binoculares, un telescopio o sin protección visual, lo que puede causar daños en los ojos e incluso ceguera. Los científicos y los observadores experimentados utilizan filtros y lentes especiales para observarlo sin daños potenciales a la salud.