Los cursos de periodismo que imparten profesores de la Universidad Internacional de la Florida (FIU, siglas en inglés) y que reciben estudiantes en las instalaciones de la Oficina de Intereses (SINA) en La Habana molestan a Raúl Castro, como molestaron a su hermano Fidel, quien llegó a encarcelar a unos 27 periodistas independientes en la tristemente célebre "Primavera Negra" de 2003.
En la despedida al presidente francés François Hollande el pasado martes, Castro dijo a la prensa: "Ya yo le manifesté a ellos, al Presidente (Obama) concretamente, que lo que más me preocupa es que continúen haciendo las cosas ilegales que hacen ahora, o que han estado haciendo hasta ahora", tales como "graduar periodistas independientes", y seguidamente mencionó la manera en que reciben el adiestramiento y la supuesta "mesada" que reciben desde Estados Unidos.
"Les dan clases, pantallas, teleconferencias desde los Estados Unidos, no sé si títulos y, por supuesto, la correspondiente mesada (...). Esas cosas no se pueden hacer", dijo el general Raúl Castro sobre los estudientes que reciben clases en las instalaciones de la Sina.
Los cursos para enseñar las herramientas básicas del periodismo, comprenden técnicas de redacción, géneros periodísticos, reportes de radio, fotografía digital y Web 2.0, entre otras.
Los cursos más sostenidos han sido los de seis meses, con encuentros mensuales y que están abiertos a participantes de todas las provincias, y conceden un título de FIU.
La Oficina de Intereses recalcó en su sitio digital que las actividades de tipo cultural y educativa que ofrecen en La Habana lo hacen todos los países donde tienen sus instalaciones, aunque aclaró, por qué en el caso de Cuba insisten en la libertad de internet:
"La negativa del gobierno cubano a permitir el acceso a Internet a sus ciudadanos, no tiene nada que ver con las sanciones de Estados Unidos. Los Estados Unidos permiten la exportación de servicios de Internet a Cuba. Cuba es libre de negociar contratos con proveedores de servicios de Internet estadounidenses e internacionales. En caso de que sea necesario, los proveedores pueden solicitar licencias de los Estados Unidos, tal y como lo han hecho otros proveedores de servicios telefónicos y de telecomunicaciones. Millones de llamadas telefónicas se realizan entre los Estados Unidos y Cuba. También habría millones de usuarios Cubanos de internet, si no fuese por las políticas restrictivas del gobierno cubano".
En enero de 2012, por poner solo un ejemplo, unos 26 periodistas recibieron instrucciones durante dos días sobre cómo hacer reportes radiales y fue brindado "a través de videoconferencias por profesores de la Universidad Internacional de Florida radicados en Miami, Florida y San José, Costa Rica", tal como publicó el sitio usint.gov.
Odelín Alfonso Torna de la ilegal Asociación Pro Libertad de Prensa, recibió instrucción en uno de estos eventos en el año 2007, para él, el éxito de los cursos –ya sean intensivos o talleres de corta duración– radica en que su objetivo va a los temas sociales.
"Lo beneficioso es que se adentra en el periodismo social, en el sentido en que a partir de historias cotidianas que uno recoge en la calle uno puede redactar sus notas de prensa o sus crónicas. Veo que hacen hincapié en redactar de forma legible y sencilla, sin caer en lo literario", señaló.
Anteriormente, en 2011, la misma cantidad de periodistas independientes recibieron un curso similar, esta vez impartido por el Centro Internacional de Medios (IMC, siglas en inglés), también de FIU. Las materias las recibieron a través de videoconferencias. Al finalizar el periodo fueron felicitados por diplomáticos y profesores.
"Durante su discurso, el Sr. John Caulfield, jefe de la misión, reconoció el esfuerzo de los graduados por completar el curso, y les exhortó a utilizar sus nuevos conocimientos para ejercer el periodismo profesional y ético en sus reportajes sobre Cuba. Los profesores de la FIU también enviaron sus felicitaciones a todos los graduados desde Miami. Estas 26 personas que se graduaron hoy se suman al millar de personas que ya han participado en cursos, talleres y conferencias sobre el periodismo ofrecidos por USINT", señala una nota de prensa publicada entonces.
El curso abordó los fundamentos del periodismo e incluyó la ética, los métodos para hacer reportajes y escribir para diferentes medios y el uso de distintas fuentes de información.
Alfonso Torna cree que este tipo de programas siempre va a molestar a quienes gobiernan anulando las libertades de los individuos. "Hacer periodismo ciudadano, siempre y cuando pongamos la verdad en nuestros artículos y seamos totalmente imparciales, creo que debe molestar a un régimen que lleva más de 56 años con un mismo contenido en la prensa nacional", concluyó.
Ariel Lázaro Fernández González, residente en La Habana, pero ahora de visita en Miami, se hizo periodista independiente para reportar sobre los proyectos que iba viendo a su paso dentro de la sociedad civil no oficialista. Fernández pidió en el programa Contacto Cuba que se insistiera en que cualquier ciudadano puede recibir estos cursos, no restringidos a las filas de oposición.
"La oficina de Intereses ofrece esos cursos para todos los cubanos que quieran participar en ellos; no hay distinción, solo tener unos requisitos porque todo el mundo no puede ser periodista, como tener unos conocimientos básicos, como es la computación, algunas cosas del periodismo..."
Las ventajas que halló Fernández González están ligadas a su roce con expertos en el tema, así como el resultado final, luego de adquirir los conocimientos que impartieron allí. "Lo primero es la experiencia de los profesores que te imparten esas clases...", además, Fernández cree que a la larga la profusión de herramientas de las nuevas tecnologías de la información han ayudado en mucho a que se conozca una cara del país que el régimen ha tratado de esconder: como la situación material de los hospitales, las escuelas y otros.
En junio de 2014 varios integrantes de estos cursos fueron impedidos de participar en los encuentros periódicos. Se trata de estudiantes que viven en el municipio San Juan y Martínez, de la provincia Pinar del Río.
En años anteriores, los disidentes han informado de redadas policiales en los alrededores de la Oficina de Intereses, las cercanías de la heladería Coppelia o al llegar a sus casas, en la capital o las provincias en las que residen. Cámaras fotográficas, laptops, memorias flash, libretas, lápices y hasta paquetes de hojas blancas han sido el botín confiscado por fuerzas de seguridad a ciudadanos que los hermanos Castro han tildado de participar en "acciones ilegales".