Las nuevas restricciones de EEUU a los viajes en cruceros a Cuba, así como a la modalidad "people to people", han generado diversas opiniones entre cuentapropistas cubanos, analistas, activistas de derechos humanos y hasta de turistas estadounidenses.
Gustavo Pinto es un taxista habanero que no entiende la medida. “El pueblo americano sí quiere venir a Cuba y sí quiere venir a hacer turismo”, declaró a la agencia Reuters.
Pinto cree que la medida “hasta al pueblo americano lo perjudica, y a nosotros más, nos perjudica más todavía”, sentenció.
Mientras, la opositora y economista independiente Martha Beatriz Roque Cabello dijo a Radio Televisión Martí que la medida puede afectar a algunos cuentapropistas, no a la generalidad del pueblo cubano. “Habrá cubanos, por ejemplo los que tienen [autos] convertibles, que se paraban en el muelle a que se bajaran los turistas de los cruceros y les alquilaban una vuelta a La Habana en el convertible, esos se lo sentirán, porque ya no habrá crucero”.
Roque Cabello, en cambio, asegura que “el resto del país, el cubano de a pie, es algo (las medidas) que no les interesa para nada, porque de todas formas va a seguir viviendo mal. Todas estas situaciones económicas tienen que ver única y exclusivamente con la inefectividad del sistema”.
Enix Berrio, también economista no adscripto a ninguna entidad estatal en la isla, opina sin embargo que existen otros afectados. “Creo que la comunidad científica, la comunidad intelectual... supone intercambios abiertos. Creo que esos intercambios son buenos, más allá de las diferencias políticas”.
Entrevistada por Reuters, una turista estadounidense proveniente de Denver, Colorado, respondió: “es una vergüenza”.
Las medidas, anunciadas en horas tempranas del martes, apuntaron a los militares del régimen cubano y la vinculación de este con regímenes autoritarios de la región.
“Cuba continúa desempeñando un papel desestabilizador en el hemisferio occidental, proporcionando un punto de apoyo comunista en la región y apoyando a los adversarios estadounidenses en lugares como Venezuela y Nicaragua al fomentar la inestabilidad, socavar el estado de derecho y suprimir los procesos democráticos", dijo el Secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, en un comunicado.
La Administración Trump, señaló Mnuchim, está buscando revertir el relajamiento de las sanciones y otras restricciones al régimen cubano. "Estas acciones ayudarán a mantener los dólares estadounidenses fuera del alcance de los servicios militares, de inteligencia y de seguridad cubanos", agregó.
Berrio, que ejerció la docencia en la Universidad de La Habana, enfocó su análisis en el alcance de la medida: “Si las autoridades norteamericanas consideran que esto a quienes va a alimentar es a las arcas del Estado, es una decisión personal y pudiera tener su impacto en la gestión del sector cuentapropista y privado que tiene que ver con el turista”.
Por su parte, Ana Ibis, una cubana vendedora de flores en La Habana Vieja, considera que el alcance real de las restricciones va mucho más allá del impacto económico: “Nos sentimos muy deprimidos, porque todos esos problemas también nos traen problemas a nosotros, tanto económicos como sicológicos”, aseguró a Reuters.
La estadounidense Yohnny Sams, de visita en La Habana, respondió a la agencia de prensa: “Es lamentable que esto afecte a tanta gente porque los gobiernos no se lleven”.
La noticia corrió por La Habana, dijo a Radio Televisión Martí la opositora y trabajadora por cuenta propia Rosario Morales la Rosa.
¿Y las arcas del Estado? Podrían verse afectadas, dijo el economista Ángel Rodríguez Pita, del Centro Independiente de Investigaciones para el Desarrollo Local (CIIDL).
“El turista entra y cambia de dólares para CUC, entonces ya ahí entra el dinero directo al Estado. Ahora, lo que afecta es al desarrollo económico de los cuentapropistas. El turismo americano sí es muy rico y ayuda mucho al crecimiento de los negocios”, indicó Rodríguez Pita.
Morales La Rosa definió el impacto de la medida para el sector privado en una frase: “es asfixiar al cuentapropista”.
La respuesta del régimen de La Habana se enfocó en lo que han llamado "la resistencia ante las medidas de Estados Unidos". El presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel, repitió una de sus consignas: “Cuando la política norteamericana se recrudece, la política interna del país se fortalece”.
(Con reportes de Ivette Pacheco, Rafel Martínez Sixto y Amado Gil, para Radio Televisión Martí, así como informaciones de la agencia Reuters)