Apenas comenzaron a salir al exterior las primeras delegaciones deportivas cubanas en el 2024, para que empezaran las fugas y abandonos de los atletas.
La primera en hacerlo fue Susana Martínez, quien había viajado a Acapulco, México, para participar en el campeonato panamericano de lucha libre y grecorromana, entre el 21 y 24 de febrero, que otorga boletos a los Juegos Olímpicos de París.
A Martínez, de la división de 76 kilogramos, la siguieron Santiago Hernández y Osmany Diversent, ambos de 57 kg, en los estilos greco y libre, respectivamente, confirmaron varias fuentes a Martí Noticias.
El diario oficialista Granma informó que Cuba buscaría la clasificación olímpica sólo en las divisiones de los 60, 77 y 87 kg, obviando la de 57, donde debían competir ambos gladiadores.
Fuentes cercanas a la delegación dijeron que Hernández ni siquiera esperó a recoger el equipaje en el aeropuerto a su llegada a México para desaparecer.
Y otro que aprovechó la oportunidad fue el jugador de baloncesto Sergio Machado, quien abandonó la selección Nacional horas antes de iniciar el primer partido del torneo clasificatorio de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA), para la AmeriCup 2025, en Orlando, Florida.
La fuga de Machado, confirmada por el periódico digital JIT, órgano oficial del Istituto Nacional de Deporte y recreación (INDER), dejó al equipo cubano con sólo siete jugadores, pues les fueron negadas las visas a Marcos Chacón, Pedro Bombino, Howard Sant-Ross y Yoanki Mencía.
El éxodo de deportistas cubanos ha ido en aumento desde que en 1991, el lanzador René Arocha aprovechó una escala de la selección nacional de béisbol en Miami, para escapar. En 2023, los abandonos alcanzaron cifras récords, con al menos 106 deportistas (44 mujeres y 62 hombres) que dejaron la isla por diversas vías.
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