Fracasos competitivos y fugas masivas de atletas marcaron el deporte cubano en el 2023, posiblemente su peor año en las últimas siete décadas.
La pandemia del Covid-19 alteró los calendarios competitivos desde el 2020 y por primera vez coincidieron en un mismo año los Juegos Centroamericanos y del Caribe, celebrados en San Salvador, y los Panamericanos, con sede en Santiago de Chile.
Estos dos eventos multidisciplinarios han sido escenarios en los cuales han brillado los atletas de la Mayor de Las Antillas, incluso antes del triunfo en 1959 de la revolución castrista, que destinó incontables recursos al deporte como arma de propaganda política.
Los Centrocaribes, que debían haberse celebrado en el 2022, tuvieron lugar este año en la capital salvadoreña, donde la delegación cubana quedó en tercer lugar por países, con 194 medallas, su peor cosecha desde la edición de Santo Domingo 1974, cuando los atletas de la isla lograron 191 preseas.
En los Panamericanos de la capital chilena, el fracaso fue más estruendoso.
Cuba, históricamente la segunda potencia deportiva del continente, detrás de Estados Unidos, cayó hasta el quinto escalón de la tabla de medallas, con 69 preseas (30 de oro, 22 de playa y 17 de bronce).
Esta fue la peor actuación de Cuba en Juegos Panamericanos desde la versión de Winninpeg´1967, cuando, con 47 medallas (7-16-24) quedó en sexto puesto de la tabla por países.
Además, 13 deportistas aprovecharon la estancia en la capital chilena para abandonar la delegación y encima de eso, los directivos atléticos de la isla tuvieron que soportar la humillación de ver al cubano Santiago Ford competir por el país anfitrión y ganar la medalla de oro en el decatlón.
Este número de “desertores”, como los llama el régimen de La Habana, es el mayor en un evento multideportivo, desde los Centroamericanos y del Caribe en Ponce´1993, cuando más de 40 miembros de la delegación, entre atletas, entrenadores y periodistas, aprovecharon la oportunidad y no regresaron a Cuba.
Y es que cada vez son más los cubanos que deciden cortar lazos con la maquinaria deportiva oficial del régimen y labrarse un camino por sí mismos, allende los mares.
Entre los mejores ejemplos está Melissa Vargas, nacionalizada turca, quien fue seleccionada como la mejor jugadora de voleibol en el mundo en el 2023.
O los aún pocos peloteros que brillan en las Grandes Ligas y los más de 170 que se abren paso en el sistema de las Menores, tras huir de la isla por diferentes vías.
Este 2023 fue particularmente grande la cifra de atletas que salieron del país o abandonaron delegaciones en el extranjero.
Al menos 106 deportistas, 62 hombres y 44 mujeres, dejaron Cuba en el transcurso del año, de los cuales, 79 abandonaron delegaciones o rompieron contratos gestionados por el INDER.
De esos 106, 41 son jugadores de béisbol, mientras que 12 hockeístas y diez balonmanistas siguieron el camino de los peloteros.
Lo que llama la atención, en el caso de los beisbolistas, es que cada vez son más jóvenes quienes deciden emprender, muchas veces acompañados por sus padres, el camino hacia las Grandes Ligas, como es el caso de Jonathan Valle, de apenas 15 años.
La fuga más notable la protagonizó el derecho Yariel Rodríguez, quien fue la principal figura del pitcheo cubano en el pasado Clásico Mundial de Béisbol (WBC).
Rodríguez decidió romper el contrato que tenía con los Dragones de Chunichi, gestionado por la Federación Cubana de Béisbol (FCB), y cuando debía viajar a Japón, voló hasta la República Dominicana para buscar un pacto en Estados Unidos, donde ya fue declarado agente libre.
Es precisamente Quisqueya el destino preferido de los peloteros que aspiran a llegar a MLB.
Al salir de Cuba se asientan allá, donde existen las condiciones idóneas para exponerse ante los cazatalentos de las Mayores.
De los 41 peloteros que se fueron en el 2023, 17 lo hicieron hacia Dominicana y usaron a México como trampolín.
Además de los 41 peloteros, 12 hockeístas y diez balonmanistas, escaparon de Cuba practicantes de otras 17 disciplinas deportivas.
Nueve judocas, seis remeros, siete futbolistas, cuatro karatecas, tres luchadores e igual cifra de atletas de campo y pista, y dos voleibolistas se sumaron a los abandonos.
La lista se completa con un representante de estos deportes: boxeo, pelota vasca, gimnasia, tenis de mesa, tiro, natación, baloncesto y levantamiento de pesas.
Atrás quedaron los tiempos en que Cuba era una potencia deportiva a nivel mundial. De eso hoy sólo quedan la sombra y el recuerdo.
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