La Convención Republicana cerró sus puertas con el discurso de aceptación del presidente Donald Trump desde los jardines de la Casa Blanca. El lema de la jornada fue esta vez - "Tierra de grandeza" y tuvo como escenario el jardín sur de la mansión presidencial, donde había un público de entre 1.000 y 1.500 personas.
A las 8:30 de la noche, como estaba anunciado, comenzó la última jornada con el juramento a la bandera de los Estados Unidos, a cargo de pequeños, Madelyn y Jackson Kratzer, hijos de militares estadounidenses.
El evangelista Franklin Graham, hijo del difunto reverendo Billy Graham y uno de los líderes religiosos más influyente de Estados Unidos, inició la última noche de la convención con una oración por las víctimas del huracán Laura y las recientes protestas en Kenosha, Wisconsin, por el tiroteo de Jacob Blake. "Al llegar esta noche, nuestro país se enfrenta a problemas. Decenas de miles están en el camino de una tormenta mortal; la pandemia se ha apoderado de millones de corazones con miedo. Estamos divididos. Hemos sido testigos de la injusticia. La ira y la desesperación han fluido a las calles. Necesitamos su ayuda. Necesitamos escuchar su voz en este momento crucial", dijo.
Entre los que intervinieron durante la noche estuvo el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, quien envió un mensaje a los participantes, mediante un video grabado desde Kentucky, su estado. McConnell advirtió sobre lo que llamó una letanía de movimientos que los demócratas harían si se les diera poder en la Casa Blanca y control total en el Congreso. "Quieren llenar la Corte Suprema con liberales que intentan erosionar nuestros derechos constitucionales, y quieren codificar todo esto haciendo del pantano mismo - Washington, D.C. - el estado 51 de América", dijo.
El presidente Trump se ha dedicado a los asuntos que importan a los afroamericanos, argumentó Ja'Ron Smith, uno de los funcionarios afroamericanos de más alto rango en la Casa Blanca. Smith elogió el apoyo de Trump a una ley que reduce las penas de prisión federales para ciertos delitos y su respaldo a la financiación de los colegios y universidades históricamente negros.
Con palabras de agradecimiento se dirigió a los asistentes Alice Johnson, una mujer afroamericana que estuvo encarcelada por delitos relacionados con las drogas y a la que Trump concedió la libertad en 2018 porque se lo pidió la estrella televisiva Kim Kardashian.
Los atletas tuvieron presencia en la última noche, y se mostró un video con imágenes de juegos de béisbol en la Casa Blanca, el auto presidencial en la pista de carrera de NASCAR, los equipos que han ganado campeonatos y copas tanto internacional como nacional que han sido recibidos en la Casa Blanca. Dana White, presidente del Campeonato de Lucha Final y aliado durante mucho tiempo del presidente Trump, expresó en voz alta su apoyo a Trump y su manejo de la pandemia de coronavirus. White dijo que fue testigo de la ética de trabajo de Trump al reunir a las empresas para tratar de reiniciar la economía, y elogió su esfuerzo en la búsqueda de conseguir que las ligas deportivas vuelvan a funcionar.
Ann Dorn, cuyo esposo, David Dorn, fue asesinado por saqueadores durante una protesta contra la brutalidad policial, criticó a los funcionarios electos por lo que describió como una falta de seguridad pública. "Revivo ese horror en mi mente todos los días", dijo Dorn en un emotivo vídeo. "Espero que el hecho de que lo revivan conmigo ahora ayude a sacudir este país de la pesadilla que estamos presenciando en nuestras ciudades y a lograr un cambio positivo y pacífico".
David Dorn, afroamericano y un ex capitán de San Louis, fue asesinado a tiros en la madrugada del 2 de junio mientras respondía a una alarma en la casa de empeño de un amigo. “El presidente Trump sabe que necesitamos más David en nuestras comunidades, no menos”, dijo la viuda del oficial. Ella y familiares de su esposo asesinado estuvieron presentes en los jardines de la Casa Blanca durante el discurso de Trump quien hizo referencia al Capitán Dorn.
También hablaron, con similares palabras emotivas, Carl y Marsha Mueller, que testificaron esta noche sobre lo que ellos llaman la fuerza y la resolución del presidente Trump contra el Estado Islámico, después de una pesadilla en la que su hija fue asesinada.
La hija de ellos, Kayla Mueller, era una activista humanitaria cristiana que buscaba ayudar a las víctimas de la guerra civil en Siria. La joven fue secuestrada en 2013 y mantenida en cautiverio durante años, soportando un maltrato infernal antes de su muerte. Los padres de Kayla han criticado el manejo del caso por parte del presidente Barack Obama, llamándolo encubierto por la política y no dispuesto a pagar un rescate si era necesario para liberar a su hija.
El representante Jeff Van Drew ganó su escaño competitivo en el sur de Nueva Jersey en 2018 como demócrata, pero abandonó abruptamente el partido durante el proceso de destitución del presidente en la Cámara. Hablando en la última noche de la reunión partidista, dijo que dejó su partido cuando dejó de ser la gran carpa que era cuando se postuló por primera vez para un cargo local.
"Los líderes demócratas me dijeron que tenía que votar por la impugnación o mi vida se haría difícil y no podría postularme de nuevo." Dijo Van Drew que votó no a la impugnación y "fue una decisión fácil". Poco después de reunirse con el presidente, cambió de partido.
El ex alcalde de la ciudad de Nueva York, Rudy Giuliani, senaló a los que llamó gobiernos municipales demócratas débiles y dijo que han sido responsables de "continuos disturbios" en las manifestaciones que surgieron a raíz del asesinato de George Floyd por la policía de Minneapolis.
Giuliani advirtió que el candidato demócrata Joe Biden y sus compatriotas presidirían más de lo que Giuliani llamó disturbios violentos. "Sr. Presidente, haga que nuestra nación esté a salvo de nuevo", dijo. Giuliani llamó a Biden un "caballo de Troya" para gente como el senador de Vermont Bernie Sanders, la congresista Alexandria Ocasio-Cortez y "la izquierda radical".
A Trump lo presentó su hija y asesora Ivanka Trump, que ha sido una figura clave en su Casa Blanca y que también lo hizo durante la convención republicana de 2016.
"Hace cuatro años, les presenté a un constructor y empresario, un forastero y el nominado del pueblo para presidente de los Estados Unidos. Esta noche, me presento ante ustedes como la orgullosa hija del presidente del pueblo", dijo Ivanka. "Mi padre tiene fuertes convicciones. Sabe lo que cree y dice lo que piensa", dijo ella. "Estés o no de acuerdo con ellas, siempre sabes a qué atenerte. Reconozco que el estilo de comunicación de mi padre no es del gusto de todos, y sé que sus tweets pueden sentirse un poco sin filtrar", afirmó la hija del mandatario que ha usado el Twitter con un instrumento de comunicación.
El presidente Donald Trump bajó a los jardines desde el balcón central de la mansión presidencial acompañado de la Primera Dama Melania Trump y con la música de la canción “God Bless America (Dios Bendiga América)", compuesta por Irving Berlin, un emigrante de origen judío que huyó de la discriminación en la Rusia zarista y llegó a los Estados Unidos en 1893 y se convirtió en uno de los más influyentes compositores de la música estadounidense.
Comenzó el discurso diciendo que se presenta "honrado por su apoyo, orgulloso del extraordinario progreso que hemos hecho juntos en los últimos cuatro increíbles años y rebosante de confianza en el brillante futuro que construiremos para América en los próximos cuatro años".
En relación a la pandemia, Trump calificó al virus de "enemigo poderoso e invisible" e intentando centrar la atención de los votantes en los tiempos más brillantes que se avecinan, prometiendo producir una vacuna para el Covid-19 antes de finales de año.
"Estamos enfrentando este desafío. Estamos entregando terapias que salvan vidas, y produciremos una vacuna antes de fin de año, o tal vez incluso antes", dijo. "Derrotaremos al virus, acabaremos con la pandemia y emergeremos más fuertes que nunca".
Trump dijo que el sistema de justicia debe y tendrá que responsabilizar a todo aquel que se involucre en la mala conducta de la policía y que nunca debe permitirse el "gobierno de la mafia". El presidente afirmaba que la mayoría de las protestas que el país presenció este verano tuvieron lugar en ciudades con liderazgo demócrata. Instó a estos líderes a que le pidieran ayuda federal y recalcó que: "Siempre debemos tener la ley y el orden".
Sobre su oponente en Noviembre, Joe Biden, decía que este "no es el salvador del alma de América", y "si se le da la oportunidad, será el destructor de la grandeza americana". Dijo también que los americanos "no buscan la salvación en los políticos de carrera" sino que "ponen su fe en Dios Todopoderoso".
Sobre la votación presidencial insistía que "a pesar de toda nuestra grandeza como nación, todo lo que hemos logrado está ahora en peligro. Esta es la elección más importante en la historia de nuestro país".
Retomaba el tema del Sueño Americano afirmando que "en ningún momento antes los votantes se habían enfrentado a una elección más clara entre dos partidos, dos visiones, dos filosofías o dos agendas. Esta elección decidirá si salvamos el Sueño Americano o si permitimos que una agenda socialista destruya nuestro destino amado".
"Si la izquierda gana el poder, demolerán los suburbios, confiscarán sus armas y nombrarán jueces que borrarán su Segunda Enmienda y otras libertades constitucionales", declaraba Trump.
A las 11:35 de la noche el presidente finalizó su alocución bajo los vítores de los correligionarios en los jardines de la Casa Blanca y fuegos artificiales que alumbraron la noche en la capital estadounidense.
Un improvisado concierto desde el balcón de la mansión presidencial, puso punto final a una velada que casi termina en la medianoche.
(Con información de las agencias AP, AFP, EFE y las cadenas noticiosas CNN, NPR, Univisión, FOX, el diario The Washington Post, The Wall Street Journal y las redes sociales)