La Casa Blanca celebró este martes la pintoresca tradición del indulto presidencial del pavo, un acto que marca el inicio oficial de la temporada festiva en Estados Unidos.
El presidente Donald Trump, acompañado por la primera dama Melania Trump, otorgó el perdón a dos ejemplares llamados Gobble y Waddle, evitando que terminen en la mesa durante la cena de Thanksgiving (Acción de Gracias).
Los pavos, nacidos en julio en una granja de Carolina del Norte, pesan 24 y 23 kilos respectivamente y fueron presentados el lunes en el histórico Hotel Willard, donde pasaron la noche en una suite antes de su gran día.
Sus nombres fueron elegidos mediante una votación en redes sociales impulsada por la primera dama, en la que también figuraban opciones como Acorn y Squash, Sugar y Spice, y Pumpkin y Pie.
Durante la ceremonia en el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca, Trump destacó que “los pavos presidenciales simbolizan la gratitud, el trabajo duro y la conexión entre las granjas y las familias estadounidenses”.
Gobble y Waddle serán trasladados a la Universidad Estatal de Carolina del Norte, donde vivirán bajo cuidado especializado y se convertirán en “embajadores para la educación agrícola”.
La tradición del indulto del pavo tiene raíces históricas que se remontan a 1947, cuando el presidente Harry Truman recibió un pavo como obsequio. Sin embargo, el gesto se oficializó en 1989 con el presidente George H.W. Bush, quien declaró que el ave no terminaría en ninguna mesa. Desde entonces, cada mandatario ha mantenido esta costumbre, que se ha convertido en uno de los eventos más esperados de la Casa Blanca en vísperas del Día de Acción de Gracias.
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