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Trump promete victoria sobre "terrorismo radical islámico" y apoya a OTAN


Trump visita la sede de la lucha contra el terrorismo del Ejército de EEUU
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Trump visita la sede de la lucha contra el terrorismo del Ejército de EEUU

El presidente aclaró por otro lado que su gobierno respalda la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), pero mantuvo sus críticas a países del grupo que no identificó.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prometió este lunes en un discurso a las Fuerzas Armadas una victoria definitiva sobre el "terrorismo radical islámico" y lo que denominó las "fuerzas de la muerte y la destrucción".

"Hoy enviamos un mensaje en una sola voz a las fuerzas de la muerte y la destrucción: Estados Unidos y sus aliados los van derrotar. (...) Derrotaremos el terrorismo islámico radical y no permitiremos que eche raíces en nuestro país", expresó el presidente.

En su agresivo discurso a los militares, Trump dijo que Estados Unidos enfrenta "un enemigo que celebra la muerte y venera la destrucción".

En su opinión, el grupo radical Estado Islámico (EI) "está en una campaña de genocidio, cometiendo atrocidades en todo el mundo. Terroristas islámicos radicales están determinados a atacar a nuestro país".

"Ningún enemigo tiene opciones contra nuestras fuerzas. Ni siquiera una. Y continuará siendo de esa forma", afirmó.

Trump estuvo el lunes en la base aérea MacDill, en el estado de Florida (sureste), sede del comando militar estadounidense para Medio Oriente (Centcom) y cuartel general de las fuerzas especiales estadounidenses.

Se trata de un centro neurálgico militar de la lucha contra el EI, que estará encargado de llevar a la práctica su nueva estrategia para derrotar a los yihadistas.

El mandatario dio a fines de enero un plazo de treinta días a sus responsables militares para que le presenten un plan "para derrotar" al EI.

El Centcom dirigió 17.861 bombardeos en Siria e Irak desde septiembre de 2014, cuando comenzaron los ataques de la coalición internacional contra el EI.

Gran promesa de su campaña electoral, el republicano puso la lucha contra "el terrorismo islamista radical" en el centro de sus primeras decisiones en la Casa Blanca.

El Estado Islámico, que controla parte de los territorios de Siria e Irak, también es responsable de numerosos atentados que han ensangrentado África, Europa, el Sudeste asiático y Medio Oriente.

La organización yihadista reivindicó el ataque contra un club gay de Orlando (Florida) que dejó 49 muertos en junio de 2016, el peor atentado cometido en suelo estadounidense desde el 11 de setiembre de 2001.

El Estado Islámico aplaudió el tiroteo en la ciudad californiana de San Bernardino (oeste), que en diciembre de 2015 provocó 14 muertos.

El presidente aclaró por otro lado que su gobierno respalda la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), pero mantuvo sus críticas a países del grupo que no identificó.

"Nuestros aliados tienen que pagar su parte. Esto ha sido muy injusto con nosotros", expresó Trump, repitiendo críticas que ya había manifestado en la campaña electoral.

Washington, dijo, "apoya firmemente la OTAN. Pero pedimos que los integrantes hagan plena contribución financiera a la alianza, algo que algunos no han estado haciendo. Muchos ni siquiera están cerca de eso".

Durante la campaña electoral Trump también prometió bombardear las instalaciones petroleras en Irak y Siria para privar al EI de una jugosa fuente de ingresos.

A pesar de que las líneas precisas de su estrategia para derrotar al grupo yihadista siguen sin definirse, Trump ya ordenó a su secretario de Defensa, James Mattis, que "identifique nuevos aliados para la coalición". Una consigna que se percibe como una señal hacia Rusia.

Moscú indicó por lo demás que Trump y el presidente Vladimir Putin querían "una coordinación real contra el EI en Siria", tras una conversación telefónica entre los dos dirigentes.

Washington tiene actualmente desplegados algo más de 5.000 militares en Irak junto a tropas locales y cerca de 500 soldados de las fuerzas especiales en Siria, para respaldar esencialmente a las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una coalición kurdo-árabe.

Se supone que los soldados estadounidenses solo asesoran a sus pares iraquíes y las fuerzas especiales en Siria respaldan a las FDS para recuperar Raqa, en poder del EI.

La estrategia estadounidense se encuentra ahora sin embargo en un cruce de caminos ya que Trump habría decidido no seguir el objetivo de su predecesor Barack Obama de recuperar Raqa, capital de facto de los yihadistas en Siria, lo que obligaría a definir rápidamente un nuevo plan.

(AFP)

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