El presidente Donald Trump viaja este miércoles con un mensaje de unidad nacional y recuperación a los sitios de las masacres en El Paso, Texas y Dayton, Ohio, en medio de protestas.
Políticos demócratas locales y residentes de las ciudades donde ocurrieron los tiroteos masivos se oponen a la visita de Trump, y señalan su retórica y políticas sobre la inmigración como los detonantes de los trágicos sucesos.
Funcionarios de la Casa Blanca dijeron que las visitas de Trump a Texas y Ohio, donde murieron 31 personas y decenas resultaron heridas, serán similares a las que realizó anteriormente a sitios de masacres como Parkland, Florida, y Las Vegas. El presidente y la primera dama realizarán un homenaje a los socorristas y se reunirán con sobrevivientes y familiares de las víctimas, reportó Associated Press.
"Quiere ir a estas poblaciones y compartir el luto, orar con ellas y ofrecer condolencias", dijo el vocero de la Casa Blanca, Hogan Gidley, el martes. Trump también quiere "mantener una conversación" acerca de cómo prevenir episodios similares en el futuro, añadió.
"Podemos hacer algo con impacto para impedir que esto no vuelva a suceder si nos unimos", dijo el vocero.
Las recientes masacres reabrieron el debate nacional sobre la seguridad de las armas y llevaron a los manifestantes en Dayton a cuestionar al gobernador republicano de Ohio, Mike DeWine, en una vigilia por las víctimas del tiroteo con gritos de "¡Do something!” (Hagan algo), en un llamado a las autoridades a reaccionar con medidas efectivas ante la tragedia.
La alcaldesa de Dayton, Nan Whaley, demócrata, dijo el martes que le daría la bienvenida al presidente republicano, quien dijo que quiere reunirse con las fuerzas del orden público, los socorristas y los sobrevivientes, reportó Reuters.
No obstante, Whaley dijo que planeaba decirle a Trump "cuán inútil ha sido" en el tema de la violencia armada, refiriéndose al discurso que pronunció el lunes centrado en la reforma de salud mental, una regulación más estricta de Internet y un uso más amplio de la pena de muerte.
La visita de Trump a El Paso, una ciudad con una gran población hispana, aviva otra polémica.
Las autoridades de Texas investigan el tiroteo del pasado sábado como un crimen de odio y un acto de terrorismo doméstico. Los investigadores citaron un manifiesto racista publicado en línea poco antes del tiroteo, que atribuyeron al sospechoso.
Trump dijo en Twitter que el atacante de Dayton, Ohio, "tenía una historia de apoyar a figuras políticas" como los demócratas Bernie Sanders y Elizabeth Warren, y que esperaba que los medios de prensa reportaran esta información "en oposición a las noticias falsas".
Una carta abierta al presidente estadounidense publicada este miércoles señala que la ciudad fronteriza con México tiene "una profunda tradición de armonía racial" cuya gente se unió después de la tragedia, y amonestaa Trump por llamar a El Paso una de las ciudades más peligrosas del país en su discurso del Estado de la Unión de febrero pasado.
"La violencia que atravesó El Paso, y que lo trae hoy aquí, no es de nuestra propia comunidad", escribió el editor Tim Archuleta. "Un forastero vino aquí para destruir nuestra ciudad, para asesinar a nuestros vecinos. Un hombre blanco de otra ciudad de Texas vino a atacar a más del 80% de nosotros que compartimos raíces hispanas", subrayó.
El presidente Trump condenó el lunes en un discurso televisado las “ideologías siniestras” y el odio que impulsa el supremacismo blanco, y pidió aplicar la pena capital para los autores de estas masacres.
Trump dijo que los tiroteos masivos en Texas y Ohio fueron ataques nefastos y crímenes contra toda la humanidad, y aseguró que actuará con una resolución urgente.