La llamada locomotora de la economía cubana no coge velocidad. Según cifras oficiales de enero de este año, experimentó una contracción de más de un 15% respecto a enero de 2024. Expertos señalan que la tendencia no es alentadora.
En 2024 arribaron a Cuba 2.2 millones de visitantes, lo que representó, de acuerdo con cifras oficiales, el 71% de lo previsto, es decir, una contracción interanual en el entorno de un 10%.
José Luis Perelló, uno de los estudiosos del turismo dentro de Cuba, sostuvo en una entrevista con la agencia de noticias EFE que se ha perdido una década, “2029 o 2030 para llegar a las cifras del 2019”.
Estadísticas del Banco Mundial muestran que 2018 fue el año en que más turistas extranjeros llegaron a Cuba (4 millones 712 mil), mientras que el 2019 experimentó una contracción interanual de un 9.3% (4 millones 276 mil), quedando incluso por debajo de los arribos de 2017 (4 millones 654 mil). Luego llegó el COVID 19, y aunque sus competidores regionales se recuperaron, incluso Republica Dominicana recibió el pasado año a 11 millones de vacacionistas, la mayor de las Antillas sigue a la zaga.
Paolo Spadoni, profesor asociado del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de Augusta, en un análisis de los resultados de 2024, dijo a la agencia Reuters que el sector puede ser difícil de enderezar. “Desafortunadamente, Cuba se está volviendo cada día más singular por razones equivocadas y, por tanto, menos atractiva como destino turístico".
Este año, el turismo de la isla va en caída libre. Según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, enero experimentó una contracción interanual superior al 15% en el número de visitantes internacionales.
“El turismo ruso, que hasta hace poco era el tercer emisor, se desinfló notablemente en enero de 2025 con un número de visitantes que, aproximadamente, fue la mitad del registrado en enero de 2024”, explicó el economista cubano Pedro Monreal en un hilo en X.
Monreal analizaba los resultados y concluía que es el tercer peor resultado del sector desde 2003 para el mes de enero, siendo solamente superado por los dos años de pandemia.
El informe anual financiero de la cadena hotelera cadena mallorquina Meliá revela que Cuba es por mucho su destino con menor ocupación hotelera (15% menos que Asia). El texto puntualiza que las perspectivas de inicio del 2025 “presentan un escenario similar al final del 2024, menos estancias y menores tarifas medias", destacando que la evolución del año dependerá de la solución de la problemática del abastecimiento y la energía, así como de "una recuperación de la capacidad aérea perdida, ya que ha habido cancelaciones de rutas y frecuencias”.
“Las cadenas hoteleras extranjeras siguen asumiendo hoteles en Cuba, la ocupación es mínima” dijo Perelló a EFE. El expertó remarcó que en la isla lo que existe no es un plan de desarrollo del sector, sino de inversión hotelera. “Pertenece al sector inmobiliario, no son inversiones de interés turístico”, afirmó.
Pero el régimen cubano continúa apostando por el turismo. Recientemente, se inauguró la llamada torre K23, operada por el grupo español Iveroestar, que fue bautizada popularmente como la torre de López-Calleja, por el fallecido jefe del conglomerado militar GAESA, e impulsor del proyecto, Luis Alberto Rodríguez López-Calleja.
El hotel de 42 plantas contrasta con una Habana en ruinas, mientras residentes del área se preguntan por qué no se invirtieron esos fondos en la construcción o reparación de viviendas.
Quienes viajan a la Isla de gobierno comunista, aunque lo hagan como turistas, padecen parte de la crisis que vive el pueblo cubano: apagones, calles convertidas en basureros y déficit de alimentos.
“¿Quién va a pagar miles de dólares por un pasaje en avión, y después por la estancia, para ir a ver el infierno? Ese segmento turístico, esa modalidad, no existe en el mundo”, sentenciaba en declaraciones recientes Emilio Morales, presidente de Havana Consulting Group.
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