Ucrania acusó el sábado a Rusia de lanzar una campaña de propaganda internacional para persuadir a las potencias occidentales de que no reconozcan al vencedor de la elección presidencial, el oligarca prooccidental Petro Poroshenko.
Después de los combates a principios de semana en el aeropuerto internacional de Donetsk, los enfrentamientos se multiplican entre rebeldes y fuerzas leales a Kiev en el este del país, donde dos equipos de observadores internacionales de la OSCE continúan desaparecidos.
En el aeropuerto de la ciudad, el Ejército ucraniano indicó que rechazó dos ataques el sábado en la mañana por parte de los insurgentes, sin pérdida en sus rangos. Un líder separatista citado por la agencia Interfax Ukrania anunció seis muertos entre los rebeldes, pero no se pudo verificar ese balance.
Moscú denuncia una "operación de castigo" por parte de Kiev e insta a poner fin a la operación militar lanzada por Ucrania el 13 de abril para así poder iniciar un diálogo con los separatistas.
"El Kremlin no cesa de hacer declaraciones basadas en la emoción y de inventar informaciones con el objetivo de apoyar la agresión rusa", denunció el ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Andrei Deshchitsia.
Esta "campaña masiva de desinformación" es "la última oportunidad de Rusia para intentar influir en la opinión pública internacional", añadió el canciller en una tribuna publicada en el diario en lengua inglesa Kyiv Post.
El presidente ruso, Vladimir Putin, reiteró estos últimos días su llamamiento a los líderes occidentales para que insten a Kiev a que cese su ofensiva en el este.
Para el canciller ucraniano, Rusia intenta minar la legitimidad de Petro Poroshenko, elegido en la primera vuelta de la elección presidencial del 25 de mayo.
El oligarca prooccidental, apodado el "rey del chocolate", se reunirá el miércoles con el presidente estadounidense, Barack Obama, en Polonia, antes de participar en la conmemoración del Desembarco de Normandía en Francia el 6 de junio, donde coincidirá con Putin.
Asimismo, Moscú acusó el viernes al Ejército ucraniano de violar el Convenio de Ginebra de 1949 sobre la protección de civiles con el uso "voluntario" de sus medios militares para "matar civiles" y propuso proporcionar la "ayuda humanitaria" que le reclaman en el este de Ucrania.
"Proporcionar armas, de un lado, y medicamentos, del otro, es como mínimo contradictorio", dijo el jefe de la diplomacia ucraniana.
Aunque la OTAN estimó que Rusia retiró ya dos tercios de sus tropas apostadas en la frontera ucraniana, Kiev denuncia todavía la presencia de ciudadanos rusos entre los rebeldes y de equipamiento ruso.
Washington mostró también su preocupación por la llegada de hombres armados de la república rusa de Chechenia.
Los separatistas prorrusos reconocieron que la mayoría de las 40 víctimas de los combates en el aeropuerto de Donetsk eran de nacionalidad rusa.
En el "frente del este", Kiev aseguró haber ganado terreno a los separatistas con el lanzamiento de su ofensiva, que ha dejado más de 200 muertos -soldados, separatistas y civiles- desde mediados de abril.
La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) perdió el contacto con dos de sus equipos desplegados en esta zona. Uno de ellos desapareció el lunes en la región de Donetsk, mientras que el otro se encuentra en paradero desconocido desde el jueves en la región de Lugansk. En la madrugada del sábado se registraron enfrentamientos esporádicos en la región.
El embajador de Estados Unidos en Ucrania, Geoffrey Pyatt, denunció "la presencia en el Donbass de combatientes extranjeros, que estamos seguros vienen de Rusia, y pruebas que indican que importantes cantidades de equipos y armamento militar cruzan la frontera".
El sábado, Rusia esgrimió la amenaza comercial en otro frente, acusando a Ucrania de no cumplir con los pedidos que le hace de armas y material militar, a pesar de que ya están pagados en su mayoría.
El viceministro ruso de Defensa, Yuri Borissov, advirtió a Ucrania que puede perder el mercado ruso, del que dependen casi exclusivamente los fabricantes ucranianos de material militar.
Los guardias fronterizos ucranianos informaron de tres heridos en un ataque de los prorrusos contra una de las unidades gubernamentales en la región de Lugansk.
Respecto al conflicto gasístico, Kiev dio el viernes un primer paso para solucionar el abastecimiento de gas ruso con el pago de una parte de su deuda con la compañía estatal rusa Gazprom.
Bruselas acogerá nuevas negociaciones el lunes para evitar el corte de suministro de este hidrocarburo previsto el martes, que podría también afectar a Europa.
Después de los combates a principios de semana en el aeropuerto internacional de Donetsk, los enfrentamientos se multiplican entre rebeldes y fuerzas leales a Kiev en el este del país, donde dos equipos de observadores internacionales de la OSCE continúan desaparecidos.
En el aeropuerto de la ciudad, el Ejército ucraniano indicó que rechazó dos ataques el sábado en la mañana por parte de los insurgentes, sin pérdida en sus rangos. Un líder separatista citado por la agencia Interfax Ukrania anunció seis muertos entre los rebeldes, pero no se pudo verificar ese balance.
Moscú denuncia una "operación de castigo" por parte de Kiev e insta a poner fin a la operación militar lanzada por Ucrania el 13 de abril para así poder iniciar un diálogo con los separatistas.
"El Kremlin no cesa de hacer declaraciones basadas en la emoción y de inventar informaciones con el objetivo de apoyar la agresión rusa", denunció el ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Andrei Deshchitsia.
Esta "campaña masiva de desinformación" es "la última oportunidad de Rusia para intentar influir en la opinión pública internacional", añadió el canciller en una tribuna publicada en el diario en lengua inglesa Kyiv Post.
El presidente ruso, Vladimir Putin, reiteró estos últimos días su llamamiento a los líderes occidentales para que insten a Kiev a que cese su ofensiva en el este.
Para el canciller ucraniano, Rusia intenta minar la legitimidad de Petro Poroshenko, elegido en la primera vuelta de la elección presidencial del 25 de mayo.
El oligarca prooccidental, apodado el "rey del chocolate", se reunirá el miércoles con el presidente estadounidense, Barack Obama, en Polonia, antes de participar en la conmemoración del Desembarco de Normandía en Francia el 6 de junio, donde coincidirá con Putin.
Asimismo, Moscú acusó el viernes al Ejército ucraniano de violar el Convenio de Ginebra de 1949 sobre la protección de civiles con el uso "voluntario" de sus medios militares para "matar civiles" y propuso proporcionar la "ayuda humanitaria" que le reclaman en el este de Ucrania.
"Proporcionar armas, de un lado, y medicamentos, del otro, es como mínimo contradictorio", dijo el jefe de la diplomacia ucraniana.
Aunque la OTAN estimó que Rusia retiró ya dos tercios de sus tropas apostadas en la frontera ucraniana, Kiev denuncia todavía la presencia de ciudadanos rusos entre los rebeldes y de equipamiento ruso.
Washington mostró también su preocupación por la llegada de hombres armados de la república rusa de Chechenia.
Los separatistas prorrusos reconocieron que la mayoría de las 40 víctimas de los combates en el aeropuerto de Donetsk eran de nacionalidad rusa.
En el "frente del este", Kiev aseguró haber ganado terreno a los separatistas con el lanzamiento de su ofensiva, que ha dejado más de 200 muertos -soldados, separatistas y civiles- desde mediados de abril.
La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) perdió el contacto con dos de sus equipos desplegados en esta zona. Uno de ellos desapareció el lunes en la región de Donetsk, mientras que el otro se encuentra en paradero desconocido desde el jueves en la región de Lugansk. En la madrugada del sábado se registraron enfrentamientos esporádicos en la región.
El embajador de Estados Unidos en Ucrania, Geoffrey Pyatt, denunció "la presencia en el Donbass de combatientes extranjeros, que estamos seguros vienen de Rusia, y pruebas que indican que importantes cantidades de equipos y armamento militar cruzan la frontera".
El sábado, Rusia esgrimió la amenaza comercial en otro frente, acusando a Ucrania de no cumplir con los pedidos que le hace de armas y material militar, a pesar de que ya están pagados en su mayoría.
El viceministro ruso de Defensa, Yuri Borissov, advirtió a Ucrania que puede perder el mercado ruso, del que dependen casi exclusivamente los fabricantes ucranianos de material militar.
Los guardias fronterizos ucranianos informaron de tres heridos en un ataque de los prorrusos contra una de las unidades gubernamentales en la región de Lugansk.
Respecto al conflicto gasístico, Kiev dio el viernes un primer paso para solucionar el abastecimiento de gas ruso con el pago de una parte de su deuda con la compañía estatal rusa Gazprom.
Bruselas acogerá nuevas negociaciones el lunes para evitar el corte de suministro de este hidrocarburo previsto el martes, que podría también afectar a Europa.