Los mandatarios de Polonia, República Checa y Eslovenia viajaron el martes a Kyiv en tren para reunirse con el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, quien agradeció el gesto de apoyo en un momento “tan difícil”.
Los tres visitantes fueron el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, el primer ministro checo Petr Fiala y el primer ministro esloveno, Janez Jansa. Posteriormente, la delegación polaca pidió establecer una misión de paz en Ucrania, con amplia representación internacional y de la OTAN también.
Este encuentro se llevó a cabo horas antes del discurso virtual que pronunciará el presidente Zelensky ante el Congreso de Estados Unidos. Según informa el diario The Washington Post, Zelensky ofrecerá un discurso franco, directo y desafiante, en busca de más apoyo internacional, particularmente en el aire, para frenar los aviones de combate de Vladimir Putin.
Zelensky, este martes, mencionó que Ucrania está dispuesta a nunca integrar la OTAN. “Tras días de exigir, sin resultados, que la Alianza Atlántica imponga una zona de exclusión aérea, sobre el país y cierre los cielos para evitar los ataques aéreos de las fuerzas invasoras de Rusia, el mandatario ha recalcado que la ciudadanía empieza a darse cuenta de que el país depende de sí mismo y de la ayuda de sus aliados”, reportó el diario español El País.
Sin embargo, también advirtió que la agresión de Rusia podría afectar a otros países.
Mientras tanto, Estados Unidos aplicó nuevas sanciones a altos funcionarios rusos y al dictador de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, por su papel como aliado de Rusia durante la invasión, y la cadena Fox News confirmó la muerte de dos de sus periodistas.
Las sanciones buscan impedir que Lukashenko y su esposa tengan acceso a propiedades en EE. UU., al tiempo que limitarán la capacidad de los estadounidenses para realizar negocios con la pareja presidencial.
Algunas de las sanciones a funcionarios rusos son en virtud de la Ley Magnitsky.
Fox News anunció la muerte en las afueras de Kyiv de su operador de cámara Pierre Zakrzewski y de la joven Oleksandra Kuvshynova, traductora.