El Presidente Nicolás Maduro, anunció el pasado sábado la creación de la libreta de racionamiento o “Tarjeta electrónica de abastecimiento seguro”, una decisión cuestionada por los venezolanos, quienes además de la inseguridad y el crimen, padecen por la falta de productos de primera necesidad.
“Venimos observando la falta de productos básicos en los mercados además de largas y tediosas filas para obtenerlos, desde hace ya tiempo”, comenta a Martí Noticias Florángel Quintana, trabajadora venezolana residente en Caracas que sufre cuando su hijo de 19 años le pregunta: “¿Mamá así era Venezuela cuando tenías mi edad?
Florángel asegura que es imposible para la mujer trabajadora dedicar tantas horas del día a la búsqueda de papel higiénico o leche, porque según ella, no es fácil llegar al primer supermercado y conseguir lo que quieres, necesitas recorrer varios y posiblemente no lo encuentres.
Y es que la escasez de alimentos ha provocado que el venezolano tenga que dedicar gran parte de su tiempo a la búsqueda de productos para mantener la familia.
Para Isabel Vera, caraqueña jubilada, que lleva tres semanas buscando leche pasteurizada y no la encuentra, es menos duro porque dice tener un poco más de tiempo que los que trabajan, pero le molesta demasiado el hecho de que la marquen con un número como si fuera un ganado, algo que según Vera, es denigrante.
Después de estar más de 45 minutos esperando en una cola para comprar la limitada cantidad de alimentos que te permiten en el “Súper”, nos dice Florángel, las personas comienzan a hacer “catarsis”, no importa si es chavista u opositor, todos en general comienzan a protestar, comienzan a rabiar, porque “eso nunca había pasado en Venezuela”.
Un proceso interesante en el venezolano que hace cola, es que a pesar de protestar, asevera Florangel, “uno termina con la errónea sensación de haber logrado lo que quería porque obtuvo la leche que necesitaba y eso, está muy mal”.
El venezolano ha comenzado a crear su propia red de intercambio entre amigos o familiares. Si uno tiene harina de más, puede entonces intercambiarlo con el papel sanitario que tiene el otro.
“Llevo dos días buscando café y no lo consigo, entonces comienzo a movilizar mi red para ver quien tiene, y claro debo tener lo que el otro necesita”, nos dice Florangel quien sostiene que desafortunadamente en ocasiones lo toman como algo chistoso.
Pedro Luis Otero, también de Caracas comenta con tristeza la absurda división que crean las ideologías en las familias venezolanas a pesar que todas, sufren los mismos padecimientos de inseguridad y escasez.
“Conozco casos, nos dice, hermanos incluso que no se hablan y que han llegado a términos muy desagradables por discusiones políticas”.
Lo que si es cierto, según Otero, es que gran parte de los venezolanos concuerdan en que el problema está en las errores políticos del actual gobierno.
“Debemos dejarnos de ‘coba’ y darnos cuenta todos, sin importar de qué lado político este, que es hora de un cambio” afirma Otero.
“Venimos observando la falta de productos básicos en los mercados además de largas y tediosas filas para obtenerlos, desde hace ya tiempo”, comenta a Martí Noticias Florángel Quintana, trabajadora venezolana residente en Caracas que sufre cuando su hijo de 19 años le pregunta: “¿Mamá así era Venezuela cuando tenías mi edad?
Florángel asegura que es imposible para la mujer trabajadora dedicar tantas horas del día a la búsqueda de papel higiénico o leche, porque según ella, no es fácil llegar al primer supermercado y conseguir lo que quieres, necesitas recorrer varios y posiblemente no lo encuentres.
Y es que la escasez de alimentos ha provocado que el venezolano tenga que dedicar gran parte de su tiempo a la búsqueda de productos para mantener la familia.
Catarsis en las largas colas
Para Isabel Vera, caraqueña jubilada, que lleva tres semanas buscando leche pasteurizada y no la encuentra, es menos duro porque dice tener un poco más de tiempo que los que trabajan, pero le molesta demasiado el hecho de que la marquen con un número como si fuera un ganado, algo que según Vera, es denigrante.
Después de estar más de 45 minutos esperando en una cola para comprar la limitada cantidad de alimentos que te permiten en el “Súper”, nos dice Florángel, las personas comienzan a hacer “catarsis”, no importa si es chavista u opositor, todos en general comienzan a protestar, comienzan a rabiar, porque “eso nunca había pasado en Venezuela”.
Un proceso interesante en el venezolano que hace cola, es que a pesar de protestar, asevera Florangel, “uno termina con la errónea sensación de haber logrado lo que quería porque obtuvo la leche que necesitaba y eso, está muy mal”.
Red de intercambio
El venezolano ha comenzado a crear su propia red de intercambio entre amigos o familiares. Si uno tiene harina de más, puede entonces intercambiarlo con el papel sanitario que tiene el otro.
“Llevo dos días buscando café y no lo consigo, entonces comienzo a movilizar mi red para ver quien tiene, y claro debo tener lo que el otro necesita”, nos dice Florangel quien sostiene que desafortunadamente en ocasiones lo toman como algo chistoso.
Ideologías dividen familias
Pedro Luis Otero, también de Caracas comenta con tristeza la absurda división que crean las ideologías en las familias venezolanas a pesar que todas, sufren los mismos padecimientos de inseguridad y escasez.
“Conozco casos, nos dice, hermanos incluso que no se hablan y que han llegado a términos muy desagradables por discusiones políticas”.
Lo que si es cierto, según Otero, es que gran parte de los venezolanos concuerdan en que el problema está en las errores políticos del actual gobierno.
“Debemos dejarnos de ‘coba’ y darnos cuenta todos, sin importar de qué lado político este, que es hora de un cambio” afirma Otero.