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Viaje de Bachelet a Cuba genera críticas en sectores oficialista y opositor


La presidenta de Chile, Michelle Bachelet (c), habla el miércoles 27 de diciembre de 2017, en el Palacio de La Moneda en Santiago de Chile (Chile).
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet (c), habla el miércoles 27 de diciembre de 2017, en el Palacio de La Moneda en Santiago de Chile (Chile).

"Ir a Cuba por tres días a despedirse de Raúl Castro es un gustito. Bachelet es capaz de ir a abrazarse con él, que tiene una dictadura en su país, y ahí los derechos humanos los guarda en su cartera", señaló el excandidato presidencial José Antonio Kast.

La visita oficial a Cuba que este domingo iniciará la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, quien en marzo entregará el poder al presidente electo Sebastián Piñera, ha generado críticas y recelos en sectores políticos oficialistas y opositores.

El viaje de la mandataria al país caribeño, que fue autorizado por unanimidad el pasado martes por el Senado de la República, se extenderá hasta el día 8 y es la penúltima gira exterior de la jefa de Estado, además de la que realizará a Japón.

Durante su estancia en la isla, Bachelet tiene previsto entrevistarse con el gobernante Raúl Castro y con el cardenal y arzobispo emérito de La Habana, Jaime Ortega y Alamino, entre otras actividades.

En víspera de esta visita, un grupo de senadores y diputados de derecha, centro e izquierda, -entre ellos, el excandidato presidencial oficialista Alejandro Guillier- presentaron sendos proyectos de resolución en los cuales piden a la jefa de Estado que "rechace la violación a los derechos humanos" en Cuba.

Los impulsores de esta iniciativa piden a la presidenta Bachelet que "en el marco de su visita oficial a Cuba, manifieste el rechazo de Chile a las sistemáticas violaciones a los derechos humanos sufridos por grupos opositores a la dictadura cubana", entre otras demandas.

La gira ha suscitado también un fuerte rechazo de representantes del sector más conservador, como el diputado y excandidato presidencial José Antonio Kast, y el senador Manuel José Ossandón, quien también postuló en 2017 a la candidatura presidencial por Chile Vamos, pero fue derrotado por Piñera.

"Ir a Cuba por tres días a despedirse de Raúl Castro es un gustito. Bachelet es capaz de ir a abrazarse con él, que tiene una dictadura en su país, y ahí los derechos humanos los guarda en su cartera", señaló Kast, quien se define como cercano a los defensores del régimen de Augusto Pinochet (1973-1990).

"No me parece mal el viaje a Cuba de la presidenta Bachelet, es más, si agregara una visita a Nicaragua y otra a Venezuela, podría pasar a la historia como 'la gira del socialismo fracasado'", ironizó por su parte el senador Ossandon, quien encabeza el sector populista de la derecha.

Pero la visita a Cuba también ha generado reproches por parte de parlamentarios de la coalición oficialista Nueva Mayoría, como el diputado socialdemócrata Jorge Tarud.

"Nunca he politizado los temas de Estado, como la política exterior, (pero) en este viaje a Cuba he intentado buscar cuál es el propósito de conveniencia para el país y la verdad es que no lo encuentro", manifestó el parlamentario del Partido por la Democracia (PPD).

Paradójicamente, dos parlamentarios de la oposición conservadora salieron al paso de estas críticas y justificaron la autorización del viaje de la mandataria.

"Los motivos por los cuales la presidenta va a Cuba son de definición exclusiva del Gobierno, conductor de la política exterior. Nosotros no somos quienes le vamos a objetar el viaje", terció el senador Hernán Larraín, de la derechista Unión Demócrata Independiente (UDI), cuyo nombre suena como posible canciller del Gobierno de Piñera.

En la misma línea, el senador Francisco Chauán, de la también conservadora Renovación Nacional (RN), puntualizó que "los Gobiernos gobiernan hasta el último día del mandato".

"Es absolutamente normal que los presidentes en ejercicio realicen viajes internacionales hasta el último día de su mandato cumpliendo con las agendas bilaterales de trabajo con los distintos países", puntualizó la ministra portavoz, Paula Narváez.

Bachelet no viajará acompañada del ministro de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz, quien visitó Cuba en septiembre de 2015 para firmar una serie de acuerdos que serán revisados en esta ocasión. El canciller se ausentará de la gira por motivos familiares, según se ha informado.

En su lugar lo hará el titular de Economía, Fomento y Turismo, Jorge Rodríguez Grossi, quien participará en un seminario empresarial sobre oportunidades comerciales.

Este encuentro tiene por objeto estudiar las posibilidades de incrementar las inversiones chilenas en la isla -que actualmente ascienden a 52 millones de dólares- al amparo de la ley aprobada en Cuba en 2014.

Ante los reproches de algunos políticos de la derecha, el canciller Heraldo Muñoz recalcó que el Gobierno de la presidenta Bachelet cumplirá con su agenda de trabajo hasta el último día de la actual Administración.

"Puede haber muchas razones de interés nacional, como promover inversiones, mayor comercio o amistad con un país que tiene influencia y quizás entendimientos que puedan ayudar a los intereses de Chile", argumentó el jefe de la diplomacia chilena en relación con los motivos del viaje.

En tanto, la líder del movimiento Cuba Decide, Rosa María Payá, declaró esta semana al diario digital chileno Líbero que el régimen cubano ha entrado en un periodo de gran debilidad.

Payá consideró que "la invitación a la mandataria chilena para que visite la isla es una medida desesperada más del régimen por recobrar legitimidad a pocos meses de designar al heredero del castrismo".

"Sería vergonzoso que la presidenta (Bachelet) esté dispuesta a apoyar la continuidad de la opresión en Cuba apoyando a la oligarquía comunista", concluyó Payá.

(Con información de EFE)

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