La BBC (British Broadcasting Corporation o Corporación Británica de Radiodifusión), creada en 1922 y considerada durante décadas un pilar del periodismo mundial, enfrenta una doble crisis que ha puesto en duda su credibilidad. En cuestión de meses, la cadena británica ha sido acusada de manipular un video del presidente Donald Trump sobre el 6 de enero y de emitir un documental sobre Gaza que ocultó información clave sobre uno de sus protagonistas.
Estos dos escándalos consecutivos han provocado dimisiones en la cúpula, investigaciones parlamentarias y un debate global sobre si la institución más influyente del periodismo público se ha desviado de sus principios fundacionales de precisión e imparcialidad.
Programa Panorama y el video editado
La primera tormenta estalló tras la emisión, en octubre de 2024, del programa Panorama titulado “Trump: ¿Una segunda oportunidad?”. El episodio incluyó una versión manipulada del discurso que Trump pronunció el 6 de enero de 2021, antes de la irrupción de sus seguidores en el Capitolio de Estados Unidos.
Filtraciones internas revelaron que los productores unieron fragmentos separados del discurso, creando la impresión de que el expresidente había incitado directamente a la violencia. Además, se eliminó la frase en la que Trump llamaba a “expresar sus voces de forma pacífica y patriótica”, utilizada por su defensa en los procesos de impeachment y juicios posteriores.
Una revisión interna de la BBC reconoció que la edición “alteró el tono y la intención” de las palabras de Trump. Ante la indignación pública, el director general Tim Davie y la jefa de noticias Deborah Turness renunciaron, admitiendo “graves errores de juicio editorial”.
El presidente del directorio, Samir Shah, ofreció disculpas públicas y calificó la emisión como “un error, no una conspiración”. “La credibilidad de la BBC depende de la transparencia y el contexto”, declaró. “En este caso, ambos se perdieron.”
Trump calificó la manipulación como “noticia falsa a escala global” y anunció una demanda por difamación de mil millones de dólares contra la BBC. “Mintieron al mundo para hacerme parecer culpable de algo que nunca dije”, escribió en Truth Social.
El Parlamento británico abrirá audiencias la próxima semana para investigar la responsabilidad editorial de la cadena, en lo que ya se considera la mayor crisis reputacional de la BBC en décadas.
Gaza y el debate por Hamás
Apenas recuperada del caso Trump, la BBC enfrentó otra polémica en 2025 con el documental “Gaza: Cómo sobrevivir en una zona de guerra", una producción sobre la vida de los niños en la Franja de Gaza durante la guerra.
El programa mostraba a un niño de 13 años relatando su experiencia bajo los bombardeos israelíes. Sin embargo, una revisión posterior reveló que el menor era hijo de un viceministro del gobierno de Hamás, un dato nunca revelado al público.
La omisión fue calificada como una “grave falta de transparencia”. El regulador británico Ofcom (entidad similar al FCC en EEUU) sancionó a la BBC, señalando que la falta de divulgación “pudo erosionar el alto nivel de confianza que el público espera del servicio público británico”. Antes de dimitir, el propio Tim Davie admitió un “fallo significativo” y prometió controles más estrictos para la selección de voces en zonas de conflicto. “El público fue inducido a error, aunque sin intención”, reconoció.
El caso reavivó las acusaciones históricas de sesgo en la cobertura del conflicto israelí-palestino. Grupos proisraelíes y analistas internacionales criticaron que la BBC se niegue sistemáticamente a calificar a los miembros de Hamás como “terroristas”, a pesar de que el Reino Unido, la Unión Europea y Estados Unidos designan oficialmente a Hamás como una organización terrorista.
La cadena justifica esta práctica alegando que su manual de estilo busca mantener una “neutralidad terminológica” en conflictos armados. Sin embargo, esa decisión editorial ha sido interpretada por muchos como una forma de relativizar los atentados y la violencia de Hamás, especialmente tras los ataques del 7 de octubre de 2023. “Llamar a Hamás por su nombre no es parcialidad; es precisión”, declaró el analista británico Douglas Murray, quien acusó a la BBC de “confundir equilibrio con cobardía moral”.
Los dos casos reflejan un problema estructural dentro de la BBC. Un memorando interno filtrado en el verano de 2025 advertía que la cadena sufría de “pensamiento grupal, atajos editoriales y una tendencia a priorizar el relato emocional sobre la precisión periodística”.
En el Reino Unidos están pidiendo una auditoría externa de independencia editorial y reformas que devuelvan al medio su rigor histórico. Como cadena financiada por el público británico a través del impuesto de licencia, la BBC enfrenta un desafío existencial: recuperar la confianza que durante un siglo fue su mayor patrimonio.
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