Una cuenta de redes sociales que publica mensajes favorables al gobierno de Cuba, “Guerrero Cubano”, dio al mediodía del viernes una versión de lo que familiares de un joven habanero muerto el miércoles, presuntamente a manos de la policía, calificaron de "asesinato por la espalda".
Hansel Ernesto Hernández Galiano, de 26 años, murió víctima de "un asesinato cometido en la mañana de ayer en la Lima, Guanabacoa, por dos patrulleros”, escribió en su página de Facebook este jueves Lenia Patiño, quien se identificó como tía de Hernández Galiano.
De acuerdo con testigos citados por el diario independiente 14ymedio, la noche del mismo miércoles hubo una pelea entre familiares del fallecido y agentes de la policía que acudieron a la funeraria de Guanabacoa, donde estaban velando el cadáver.
“Al momento de los hechos el atacante huía de la policía al ser sorprendido con un objeto robado, y al verse acorralado optó por el atentado contra esta autoridad”, escribió el vocero anónimo disfrazado de guerrero. “El efectivo policial disparó, herido, hacia las zonas bajas del cuerpo en el momento que lo apedreaban, pero lamentablemente el disparo resultó ser fatal”.
Según ese relato, que no menciona fuentes, el único testigo presencial fue el policía presuntamente agredido. En su mensaje del jueves, la tía de Hernández Galiano no se explicaba cómo los agentes no pudieron usar su entrenamiento de artes marciales ni su equipamiento de armas no letales para enfrentar a un joven desarmado.
“Porque un policía, un uniforme, no da derecho a asesinar de tal manera a nadie, si sabemos de sobra que les entrenan con defensa personal, deben portar spray, tonfas, etc”, continuaba diciendo Patiño. “¿Por qué entonces tuvieron que acudir a su arma de fuego y quitarle un hijo a una madre, a un padre; un sobrino a su tía; un hermano a su hermanita menor. Constando que JAMAS estuvo armado, por favor, justicia”.
En la sección de noticias de su página oficial, el Ministerio del Interior (MININT) no hacía el viernes la menor referencia a Hernández Galiano. En cambio, abundaban las notas con elogios a sus operaciones.
“Impide el MININT la venta ilegal de losas procedentes de una entidad estatal”, “Oficiales del MININT descubren una casa almacén de maíz en Camagüey” y “Autoridades del MININT detectan venta ilegal de trigo en Villa Clara”, eran algunos de los títulos.
La versión publicada por quien se hace llamar guerrero apareció en internet más de 48 horas después del hecho, y cuando ya las redes sociales se habían inundado de críticas y condenas a la Policía Nacional Revolucionaria, la PNR. El portavoz oficioso ofrece incluso un video del lugar donde presuntamente ocurrieron los hechos.
“Espero que hagan justicia como mismo pasó en el caso de Calabazar, donde perdió la vida un policía”, escribió en Facebook Karet Rodríguez. “La vida de un policía no vale más que la de un civil. ¿Por qué no difundieron esto en los medios?”
Rodríguez se refiere a la muerte el viernes 5 de junio del primer teniente de la PNR Yoannis Rodríguez Rivero, de 34 años, en la subestación de la PNR de Calabazar, en el municipio capitalino de Boyeros, a manos de quien una nota del MININT publicada aquel mismo día por el periódico Granma calificara de “un individuo de pésima conducta social y antecedentes penales”.
El año pasado, Twitter suspendió la cuenta de @GuerreroCubano por violar sus reglas, como indica una búsqueda de rutina. El 20 de septiembre de 2019, el actual “Guerrero Cubano”, anunció que regresaba, entonces con la identificación @GuerreroCuba bajo su apelativo, sin precisar nombre.
En “Anonimato y cobardía, los perfiles de la Seguridad del Estado en internet”, que publica el viernes en 14ymedio, su directora, Yoani Sánchez, ofrece un retrato cabal de los métodos que usan los servicios policiales del régimen en ocasiones como esta.
“Los actuales perfiles oficialistas anónimos que promueven lo mismo la destrucción de la reputación de un joven fallecido -tildándolo de delincuente- tanto como el chismorreo sobre la vida privada de un opositor, pasarán en unos años, ni siquiera serán recordados y muy probablemente sus cuentas en las redes sociales sean borradas por conveniencia de los mismos que las crearon”, dice Sánchez.