El artista Yulier Rodríguez Pérez, conocido como Yulier P, dedicó uno de sus trabajos de la serie "Regalos" a la pareja formada por el activista Adrián Cruz y la artista encarcelada Rosmery Almeda, quien permanece detenida desde las protestas del pasado 1º. de octubre en el Vedado, La Habana.
“Amor disidente”, pintada sobre un pedazo de concreto, simboliza el amor obstruido por agentes externos, en este caso el régimen, que impiden la consagración de dos seres que se aman por encima de las dificultades que atraviesan en un escenario convulso.
“Esta obra, parte de una serie que se llama ‘Regalos’, donde plasmo sobre pedazos de escombros, de trozos de edificios rotos, de rocas, la realidad cubana y el accionar del gobierno cubano contra el pueblo y todas las consecuencias de la política comunista del régimen de la isla”, dijo a Radio Televisión Martí el artista.
“Está dedicada a Alma Poet, una artista circense que se llama Rosmery Almeda. Ella es novia de un amigo mío que se llama Tata Poet (Adrián Cruz), nombre con el cual lo puede encontrar en las redes sociales. Fue arrestada recientemente cuando hubo el apagón general sencillamente por grabar las manifestaciones pacíficas que ocurrieron en el Vedado”, detalló Yulier P.
“Ella está en 100 y Aldabó [Departamento Técnico de Investigación del Ministerio del Interior]. Sabrá Dios que le está sucediendo adentro. Lo que es evidente y lo que es real es que está presa injustamente y según información, la quieren procesar por delito inventado, propio de la Seguridad del Estado y el régimen cubano que criminaliza lo que es la libertad de expresión y lo que es la libertad de manifestación en Cuba”, indicó.
La obra de Yulier P se hizo conocida en la Isla en 2014 cuando comenzó a pintar sus figuras fantasmagóricas en espacios abandonados y edificios semiderruidos.
El arte callejero y el graffiti desde sus inicios han sido asociados con el descontento político. En Cuba, producir una obra de arte callejero sería una forma de protesta: un reto a la desolación del paisaje urbano y una resistencia al control gubernamental de los espacios públicos.
En 2017 Yulier P fue arrestado, pasó varios meses en la cárcel y luego fue liberado con una multa por “daño al ornato público” y con la condición de que borrara sus trabajos dispersos por toda La Habana.
Desde entonces, Yulier pinta sobre escombros, pedazos de madera y materiales de desecho, pero sus temas son siempre una denuncia palpable contra las políticas del régimen y el amordazamiento del pueblo.
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