Entre los hechos que marcaron este 2016 para los cubanos y para el mundo estuvo la muerte de Fidel Castro. El siguiente reporte sintetiza cómo fue recibida la noticia en la isla y en la capital del exilio cubano, Miami.
La Ley “Sobre el uso del nombre y la figura del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz” anticipa la creación de un instituto que lleve su nombre. Los más cercanos al dictador figuran como candidatos perfectos para promover el estudio del pensamiento y la obra.
Terminó la ley seca y regresaron el bullicio y la “resolvedera”, reportaron el lunes agencias internacionales, al día siguiente de que culminara el largo funeral del ex gobernante con la inhumación de sus cenizas en el cementerio Santa Ifigenia de Santiago de Cuba.
Desde el 28 de noviembre permanecen detenidos el director del boletín “Cimarrón”, Manuel Guerra Pérez, y el editor Lisbey Mora, entre otros reporteros independientes que han sufrido el asedio de la policía política en estos días.
La vida y muerte de Fidel Castro tienen un hilo conductor: el secretismo en torno a los principales eventos de su vida. Ni la enfermedad que lo apartó del poder, ni detalles de su larga convalescencia, ni la causa de su muerte han sido revelados.
Las palabras del ministro de Exteriores apuntalan la declaración del portavoz del Gobierno galo, quien subrayó que "Cuba no es una democracia y hay problemas de libertad desde hace tiempo".
También en La Habana, en el templo dedicado a Santa Bárbara, se rezó por Fidel Castro en el día de su entierro.
El senador demócrata por Nueva Jersey, Bob Menéndez, conminó al próximo Gobierno de EEUU a reforzar proyectos pro-democracia en Cuba tras la muerte del exgobernante Fidel Castro.
Raúl Castro, anciano, enfermo, y con apenas 15 meses para iniciar su anunciado retiro, no es más que un simple dictador sin tiempo.
El ex jefe de la Oficina Nacional de Inteligencia para América Latina de la CIA Brian Latell advirtió que, de producirse algún "disturbio o manifestación contra el régimen, Raúl Castro" no dudará en ahogar las expresiones públicas de descontento.
El culto de celebración a Shangó, especialmente ruidoso por los cantos y el sonar de los tambores, se ha visto severamente restringido por el luto impuesto tras la muerte de Fidel Castro.
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