Una guardería infantil en Canadá inspiró a una emprendedora en La Habana cuyo mayor sueño es arrendar uno de los círculos estatales que el Gobierno no consigue echar a andar por falta de recursos económicos.
La Habana tiene la más grave situación en medio del descenso en caída libre que han experimentado los círculos infantiles en los últimos años.
Medios oficiales reportaron en octubre que de 56 insituciones de este tipo que el Estado cubano mantiene cerrados, 45 están ubicados en la capital.
Las casas privadas dedicadas a cuidar niños bajo el amparo legal de licencias para cuidadoras por cuenta propia, han servido de tabla de salvación para muchas familias cubanas, pese a que los precios, -que oscilan entre 10 y 120 CUC-, son prohibitivos para la mayoría.
Cifras oficiales divulgadas por la estatal Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), revelan que la cantidad de círculos infantiles cayó desde 1.108 en el 2009 a 1.078 en el 2014.
Actualmente existen 1.083 círculos infantiles, informó el periódico Juventud Rebelde, en un ligero repunte que no consigue acercarse a la demanda.
“Llegan padres que dicen: ¿80 dólares al mes?", dijo a Martí Noticias la propietaria de una guardería en el Vedado que pidió no ser identificada.
"Sí, ok, son 80 dólares al mes pero no nos falta nada y tienen su enfermera todo el tiempo, sus pañales los tengo que traer yo de México, de Panamá, de donde pueda porque son difíciles de encontrar aquí, ya eso para los padres es una preocupación menos”, agregó.
Esta emprendedora de 33 años, explicó que conforma un menú que se elabora en la guardería. Incluye pollo, carne de res, huevo, chícharos, lentejas, frijoles. Por la seguridad de los niños descartan otros alimentos como pescado, mariscos o embutidos.
También les ofrece de meriendas postres como natillas, helados y yogurt.
"Pongo los menús el lunes y los papás ya saben lo que van a comer sus hijos la semana entera", explicó.
Además contó que abrió su guardería porque no encontró un sitio adecuado para dejar a su hijo.
"No quería dejarlo en una casa cuidadora donde hubiera un televisor las 24 horas (...) Lo hice más por él que por otra cosa pero ahora se queda porque fue una inversión y aunque ganamos dinero hacemos una labor social importante, que los padres agradecen", comentó.
Pero su caso no es el único, un perfil en Facebook de otra guardería muestra imágenes de los niños en distintas áreas. Padres y abuelos suelen comentar las fotos y escribir mensajes de agradecimiento.
La feliz propietaria que es parte de este reportaje, dijo que se inspiró en una guardería que visito en Canadá. “Estuve un tiempo allá y vi que en poco espacio e incluso con menos recursos se hacían un montón de cosas y traté de traer esto aquí”.
Círculos infantiles Vs. Guarderías privadas
Los círculos infantiles fueron creados tras la llegada al poder de Fidel Castro hace más de medio siglo. Antes de 1959 existían en Cuba guarderías infantiles que cobraban por el servicio.
Los círculos infantiles fueron parte de una estrategia para promover la “igualdad” y la “emancipación” de la mujer.
Crear las condiciones para que pudieran trabajar era parte del plan para otorgarles derechos que eran casi privativos de los hombres.
La campaña para impulsar un beneficio otorgado solo a familias cuyas madres están incorporadas al trabajo, incluyó la formación de educadoras de círculos infantiles.
Pero el colapso del socialismo soviético, un poco de desidia, bajos salarios y mala administración puso marcha atrás a este proyecto, empeorando la vida de muchas familias que debieron regresar a la casa a cuidar de sus pequeños hijos.
Una Ley de Maternidad que busca alentar el nacimiento en medio del alarmante envejecimiento poblacional, establece el receso laboral obligatorio a las 34 semanas de gestación y la licencia retribuida de 18 semanas, de las cuales 12 son posteriores al parto.
Transcurrido un año después del nacimiento del bebé, la madre debe reincorporarse al trabajo.
De unos 169 municipios que tiene Cuba, 34 tienen un solo círculo infantil. Otros ni siquiera contaban en octubre con una de estas instituciones, entre ellos los municipios de Yateras, Imías, San Antonio del Sur y Cauto Cristo, en el oriente de la isla.
Y la limitación no sólo es de inmuebles. También carecen de educadoras, en parte, porque los salarios rondan los 500 pesos cubanos, equivalentes a unos 20 dólares al mes. Una empleada de un círculo privado, en cambio, puede ganar hasta 70 CUC al mes y trabajan en mejores condiciones.
“Tenemos una situación crítica con el personal, nos faltan educadoras y auxiliares pedagógicas, lo cual nos limita en el otorgamiento de capacidades”, reconoció en octubre Tania Villar Alfonso, subdirectora de educación preescolar en La Habana, en entrevista con Juventud Rebelde.
Y hasta para eso tienen respuestas los cuentapropistas, según un anuncio publicado en Revolico, en que solicitan "educadoras y auxiliares licenciadas para guardería".
Martí Noticias constató que este sitio funciona como bolsa empleadora, donde las candidatas se presentan con su documentación, son entrevistadas e investigadas como condición previa para obtener el empleo.
"Requisitos: buen porte y aspecto, tener título de licenciada o auxiliar pedagógica, experiencia mínima de tres años trabajados, buena ética profesional", explica el anuncio posteado varias veces en Revolico.
Pocas reglas legales
Nora Mesa, que lidera la opositora Asociación Cubana de Desarrollo Infantil, dijo a Martí Noticias que en algunos casos las guarderías particulares ofrecen solo el servicio de “cuidadoras”, entre otras cosas porque ni tienen preparación ni obligación legal de educar a los niños.
“El estado no tiene un sistema implementado para que el que trabaje privadamente esté obligado a cumplir con un programa. Legalmente no están obligadas a enseñar al niño, ellas son cuidadoras, no son educadoras”, explicó.
Mesa dijo que para abrir una guardería privada es preciso solicitar una licencia sanitaria que otorgan las autoridades. Interviene un inspector que visita la casa y da o no el visto bueno.
Entre los parámetros exigidos entran el estado constructivo e higiene de la casa, si tiene televisor, refrigerador, así como una investigación para conocer si esta familia tiene o no buena conducta social y prestigio en el barrio.
“Esa parte trabaja bastante bien”, dijo Mesa.
Lo grave, explicó, es que aunque algunas guarderías, -las más caras-, ofrecen enseñanza de calidad acorde a las edades, cuentan con enfermeras y hasta enseñan idioma inglés, ninguna de ellas está obligada a entrenar a sus empleados.
“El Estado no las considera personal capacitado sino cuidadoras de niños. El término es el de alguien que brinda un servicio de cuidado al niño, atención, alimentos, higiene”, comentó Mesa.
“Todo el que pretendiese o que esté en el negocio debería recibir de forma obligatoria preparación en primeros auxilios porque tienen niños en edades complejas que requieren atención médica y psicológica (...) Ahora cuando el niño se siente mal llaman al padre”, apuntó.
Por 120 CUC, una nana sólo para su bebé
La mayoría de las casas que cuidan niños cobran unos 10 CUC promedio. Por lo general los padres deben llevar los alimentos, líquidos, ropas y hasta el catre en el que el niño hará la siesta del mediodía.
Solo unas pocas ofrecen un servicio casi de lujo para un país cuyo salario promedio ronda los 20 CUC. El sitio Revolico promociona algunas de estos negocios.
Otra guardería en La Habana, que no identificamos por razones de seguridad, tiene dos paquetes para atender a sus clientes.
Por 100 CUC al mes su hijo recibe almuerzo, meriendas, culeros desechables y el programa educativo por edades que imparten las educadoras, todas licenciadas en Educación.
Pero si paga 120 CUC tendrá además de todo esto “una nana específicamente para su bebé de lunes a viernes”.
Esta guardería tiene grupos por edades de entre 10 y 12 niños.
“Tenemos un programa muy amplio que incluye lengua materna, conocimiento del mundo, educación musical y clases de inglés a partir de los dos años”, dijo la dueña.
"El gobierno no afloja"
Algunos de estos negocios esperan luz verde para impartir el preescolar, algo que no parece cercano en un país que no ha cedido ni un milímetro a abrir espacios privados ni a la Iglesia Católica, pese a viejos reclamos para recuperar espacios en el sistema educativo de la isla.
“Fui a Educación a tratar de hacer un convenio para dar clases de preescolar porque soy licenciada en Educación Especial pero que por ahora no se va a aprobar nada de eso”, explicó esta emprendedora de La Habana.
La demanda es también de los padres.
“Estoy psiquiátrica de pensar que el niño ya está al cumplir 5 años y no aprueban el preescolar en la guardería del Reparto Kholy donde tengo a mi hijo”, dijo Malena, una joven madre que matriculó a su pequeño cuando tenía un año y la propietaria le dijo que esperaba por los permisos estatales para ofrecer la enseñanza del preescolar.“Parece tan remoto que ya vamos acostumbrándonos a la idea de que tiene que ir a la escuela. El Gobierno no afloja en eso”, lamentó.