Un día después de que el multimillonario neoyorquino Michael Bloomberg apoyara en la Convención Nacional Demócrata a Hillary Clinton para presidenta, y lanzara un virulento ataque contra el también multimillonario candidato republicano Donald Trump (“Conozco a un pícaro cuando lo veo”), uno de los medios controlados por el ex alcalde de Nueva York saca de la manga otra carta contra el aspirante a la Casa Blanca, y esta vez es una carta cubana.
¿Violaron ejecutivos de Trump el embargo a Cuba?, se pregunta el sitio Bloomberg Businessweek, en relación con los frecuentes viajes a Cuba de directivos de The Trump Organization, con fines de prospección de negocios, específicamente campos de golf.
Luego de recordar que Trump, al ser preguntado en marzo por la cadena CNN acerca de si le interesaría abrir un hotel en Cuba, dijo que "cuando sea el momento adecuado", la publicación afirma que los más cercanos asistentes del magnate inmobiliario han estado viajando a la isla por años para explorar posibles localizaciones e inversiones, incluso antes de que el Departamento del Tesoro, bajo las regulaciones cubanas enmendadas por la administración Obama, diera relativa legalidad a tales propósitos en 2015.
Bloomberg Businessweek cita a varios testigos que confirman que ejecutivos y asesores de The Trump Organization, que opera 18 campos de golf en cuatro países, viajaron a La Habana a fines de 2012 o principios de 2013.
Identifica entre ellos a Larry Glick, vicepresidente ejecutivo para desarrollo estratégico, que supervisa el golf; Edward Russo, consultor medioambiental para el golf,y el principal asesor legal de la compañía, Jason Greenblatt.
El sitio señala que aunque Cuba sólo posee una cancha de 18 hoyos, en la antigua propiedad del magnate químico Irenée Dupont, en Varadero, sus suelos, costas y variada topografía serían el paraíso de un arquitecto de campos de golf.
El turismo de golf, que suele ser un tipo de turismo suntuario, comenzó a recibir atención hace más de cinco años dentro del plan de diversificación de la oferta turística de Cuba, contemplándose la construcción, en proyectos conjuntos con inversores extranjeros, de entre 12 y 15 campos para la práctica de este deporte, y de los correspondientes "desarrollos inmobiliarios".
Sin embargo, antes de 2015 los viajes de estadounidenses para actividades de negocios como la construcción de un campo de golf o un hotel, estaban prohibidos.
En enero de 2015, el Departamento del Tesoro amplió una excepción para "investigación profesional" que, según la interpretación de expertos legales, ampara ahora todo tipo de actividades relacionadas con potenciales inversiones, salvo la firma de acuerdos.
Para finalizar una inversión en Cuba se requiere una licencia específica de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de la Tesorería como la que dicen haber obtenido Starwood Hotels & Resorts y Marriott para administrar dos hoteles en La Habana.
Sin embargo, el golf puede considerarse una actividad turística, cuya promoción en Cuba sigue siendo ilegal para las empresas de EEUU.