Negar ayuda al necesitado, otro pecado del régimen
Desde que el tornado arrasó con cientos de viviendas en La Habana, las autoridades han perseguido a los que intentan, por solidaridad, ayudar a los damnificados. Hay que ser muy insensible, carente de toda humanidad, para impedir que niños, ancianos y personas enfermas se queden sin comer por no permitir que los vecinos que no sufrieron esos daños los ayuden directamente con agua, alimentos, ropas...