La policía política intentó coaccionar al periodista independiente, Jorge Enrique Rodríguez, para que salga definitivamente de Cuba, durante un interrogatorio el jueves.
“Lo mismo que quieren imponer a todo el mundo: el destierro o que uno mismo recurra al auto destierro. Y entonces, las amenazas son esas, amenazando a uno de que o se va o, de lo contrario, aquí no va a tener vida que es literalmente lo que, al menos a mí, me dijeron, que no iba a tener vida mientras estuviera aquí adentro. Y esa es la idea. Pero yo no voy a pactar ese tipo de negociación con ellos, ni esa ni ninguna otra”, aseguró el escritor a Radio Televisión Martí.
Esta no es la primera vez que el órgano represor enseña sus garras al reportero de Diario de Cuba, que reside en La Habana: ha tenido que escuchar amenazas acerca de los graves resultados que le traerá su decisión de permanecer en Cuba, como detenciones arbitrarias, reclusiones domiciliares y suspensión del acceso a sus datos móviles, entre otros actos hostiles.
El régimen cubano usa con frecuencia el exilio forzado o presiones como mecanismo para eliminar sus opositores y ciudadanos molestos.
Numerosos representantes de la Sociedad Civil independiente cubana se han visto obligados o presionados a abandonar el país, el más reciente José Díaz Silva, presidente del Movimiento Opositores por una Nueva República, quien lleva más de 15 años oponiéndose públicamente al régimen, su esposa la Dama de Blanco Lourdes Esquivel, la activista Keilili de la Mora, la periodista Luz Escobar de 14ymedio, el escritor Abraham Jiménez Enoa de El Estornudo y el artista Julio Llópiz Casal.
También José Daniel Ferrer Cantillo, el hijo del prisionero de conciencia José Daniel Ferrer García, y el activista de la UNPAU, Zaqueo Báez, fueron presionados para salir del país, mientras que Omara Ruiz Urquiola desea regresar a Cuba pero el gobierno no se lo permite.
Otros que saltaron más recientemente a la palestra pública, como la curadora de arte Carolina Barrero, la activista Saily González Velázquez, Pedro López, el cuñado del preso político Andy García, y los médicos disidentes Alexander Pupo Casas y Alexander Figueredo, han tenido que vivir en el exilio.
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