El preso político cubano Ernesto Borges Pérez cumple este viernes, 17 de julio, 22 años en prisión.
Debido a las condiciones en que lo mantienen en la cárcel Combinado del Este, en La Habana, está perdiendo la visión de su ojo derecho, según comunicó el prisionero este jueves a su padre.
"La situación de Ernesto desde el punto de vista de salud es grave. Ernesto está a punto de quedarse ciego", advirtió Raúl Borges tras conversar con su hijo.
Borges Pérez, excapitán de la contrainteligencia del régimen, fue condenado en 1998, por presunta tentativa de espionaje en un juicio sin garantías procesales. Los 10 primeros años de su encarcelamiento los pasó en una celda de castigo en la prisión de alta seguridad de Guanajay, en La Habana, sin la iluminación ni ventilación adecuadas, explicó su padre.
En el Combinado del Este "lo han mantenido en una celda sin corriente eléctrica desde las 7 de la mañana hasta las 7 u 8 de la noche", añadió. El ensañamiento de sus guardias probablemente se deba, subrayó, "a la entereza que él ha mantenido".
El exoficial trabajaba en el departamento donde se preparaban los agentes encubiertos que luego serían infiltrados en Estados Unidos, y pudo recolectar información sensible, que pensaba entregar a funcionarios de la Oficina de Intereses, en La Habana.
Desde su ingreso a prisión la Seguridad del Estado "ha tratado de reclutarlo" en "12 ocasiones" a cambio de su libertad. Según su padre, la respuesta de Borges Pérez siempre ha sido: "La dignidad no se compra ni se cambia por la libertad, yo prefiero seguir así".
En abril pasado varios reportes alertaron que el prisionero político sufría de una infección pulmonar severa y requería de atención médica urgente. " "Está presentando falta de aire, y el médico del penal ha dicho que es importante hacer lo antes posible una placa de pulmones, que hasta hoy no se ha logrado", dijo en un mensaje publico en Facebook el activista de Estado de Sats, Claudio Fuentes.
(Con reporte de Ivette Pacheco para Radio Martí)