El Observatorio de Libertad Académica (OLA) alertó este miércoles sobre el “costo ético” que representa, para la Orden de los dominicos en Cuba ceder en materia de libertad y de independencia académica para ganar la aceptación oficial.
A finales de mayo, se inauguró en el anfiteatro del Centro de Convenciones “Enrique José Varona”, de la Universidad de La Habana (UH), el ciclo de conferencias “500 años de la fundación de la Escuela de Salamanca”, un hecho inédito desde que hace más de 60 años Fidel Castro expulsara de las aulas a las instituciones religiosas.
La Escuela de Salamanca fue un centro de pensamiento económico impulsado en el renacimiento del siglo XVI, que defendió como primeros conceptos el de la propiedad privada, la competencia y la libertad económica, así como el derecho del hombre a la vida y el derecho a la libertad de pensamiento.
“Hay que entender que el contexto educativo cubano no es de normalidad pedagógica, ni un espacio de libertad académica. Este asunto cuenta con un precedente inmediato, que ha sido todo el proceso de censura y persecución que han recibido varios miembros de la orden, en particular el Padre Lester Zayas, que ha sido amenazado y censurado”, indicó Leonardo Fernández Otaño, investigador de OLA.
Lester Rafael Zayas, párroco de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, en el barrio habanero del Vedado, es conocido por sus abiertas críticas al régimen cubano. El sacerdote aborda con frecuencia los problemas cotidianos que afectan a sus feligreses.
Una conferencia se dictará el tercer jueves de cada mes por un año, la primera el pasado 20, informó el Centro Fray Bartolomé de las Casas (CFBC), en su sitio web.
El análisis de OLA apunta que, además de las distancias ideológicas entre la orden religiosa y el Alma Mater capitalina coactada por el credo ideológico marxista-leninista, y en permanente desdén de la autonomía universitaria”, el regreso de los dominicos al alto centro de estudios expresa, a las claras, “la necesidad de validación” de los gobernantes cubanos, fustigados por el “descrédito social a lo interno e internacionalmente por la ineficacia de su gestión, la brutalidad represiva y los desaciertos comunicacionales”.
No obstante, el curso será reconocido por el sistema de enseñanza de la Isla, que no acepta los títulos expedidos por los centros de la Iglesia Católica en Cuba y ha dificultado la fundación y desarrollo de instituciones como el Centro Félix Varela de La Habana o los Centros Loyola en varias ciudades de la Isla.
El curso “llega en un momento en el que además [el Convento] San Juan de Letrán [sede del Centro Fray Bartolomé de las Casas] comienza, un poco, a distanciarse de lo que había sido el centro, un centro que acogía el pensamiento diverso y vemos que hay un intento de coqueteo con la Universidad de La Habana con tal de obtener ciertos beneficios, beneficios que nunca importaron al centro porque su misión era ser un espacio de diversidad, de acogida”, apuntó Fernández Otaño.
El especialista se refirió a “la presencia del Rector del centro, Fray Celio de Padua, en espacios gubernamentales y, en particular, haciéndose una foto sonriente con el autócrata Miguel Díaz-Canel y su esposa, la señora Liz Cuesta”.
Católicos y activistas han criticado la imagen del religioso de origen brasileño con el gobernante cubano, “que tiene más de 1.000 presos políticos en cárceles” de la isla.
“Este gesto de "familiaridad" no es solo incongruente respecto a la misión de la Orden, sino que invisibiliza la represión ejercida por el Gobierno cubano contra algunos miembros de la misma”, sostiene OLA en su estudio.
Martí Noticias intentó contactar con Fray Celio para comentarios, pero el religioso señaló que no concede entrevistas.
El prior de la orden en La Habana, entrevistado por el medio católico EWTN, defendió el postgrado como “una oportunidad para ir entrando” a la universidad de la Isla, y al “mundo académico”.
“Lo preocupante es que el centro, con tal de tener espacios o ciertos convenios con una Universidad en un espacio no democrático, pierda su trayectoria y su recorrido de espacio educativo liberador, diverso, que apuesta por construir un pensamiento independiente y un planteamiento crítico en Cuba”, dijo.
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