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Almagro publica el discurso que no pudo pronunciar en Cuba


 El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro.

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, divulgó este jueves las palabras que tenía preparadas para la ceremonia de entrega del Premio Oswaldo Payá.

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro publicó hoy el discurso que había preparado para recibir
un premio en memoria del disidente cubano Oswaldo Payá.

Almagro dijo el miércoles que las autoridades de Cuba le impidieron viajar a la isla al negarle el visado. El Gobierno cubano tampocó autorizó a viajar a La Habana al ex presidente de México Felipe Calderón y a la ex ministra chilena Mariana Aylwin, otros de los invitados a la ceremonia de premiación en La Habana.

A continuación reproducimos el discurso de Almagro

22 de febrero de 2017 - Washington, DC

La razón de existir de la OEA debe siempre asegurar que en las Américas la democracia y los derechos humanos triunfen sobre el autoritarismo, la inequidad, la exclusión social, la corrupción, y la erosión de los derechos políticos y las libertades fundamentales.

Estimados amigos y amigas:

Quiero expresar mi profundo agradecimiento a la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia por haberme invitado a esta ceremonia y haberme concedido el Premio Oswaldo Payá, el cual acepto con mucha humildad.

En el Continente Americano hemos construido las bases de una visión común asentada en valores compartidos en los que creemos: una visión de integración, democracia, libertades universales y de derechos humanos.

Los valores éticos y morales que plasmamos en la Carta Democrática Interamericana, en la Carta de la Organización de los Estados Americanos, o en la Convención Americana sobre Derechos Humanos, más que estar en el papel, tienen que ser puestos en práctica en la vida cotidiana de las Américas.

Nuestra responsabilidad es asegurarnos que los derechos consagrados en todos esos convenios internacionales estén al alcance de todos los ciudadanos de la región.

Las libertades fundamentales, los derechos humanos y la democracia no existen sólo cuando es conveniente, o sólo cuando sirven de apoyo para lograr lo que queremos. Deben estar presentes siempre. Debemos preocuparnos por expresar nuestras opiniones, pero también porque los opositores tengan derecho a expresar sus propias ideas.

La OEA, y su comunidad de Estados, es vital para garantizar el mayor grado posible de respeto por los derechos humanos en el Hemisferio, un elemento esencial para salvaguardar la democracia.

Como Secretario General de la OEA, es mí deber promover y proteger estos valores que son la esencia de nuestra institución y que están arraigados en el corazón de las Américas.

Como Secretario General, debo representar a los Gobiernos pero también debo representar a la oposición. Debo ser la voz de aquellos que no la tienen, de los más discriminados. Debo ser la voz de quienes sufren la desigualdad y la falta de protección de sus derechos, y debo ser el más aguerrido defensor de esos derechos.

José Antonio Marina afirma que la razón por la que fracasan nuestras sociedades es porque creamos sociedades injustas. La democracia carece de sentido si no nos comprometemos a trabajar todos los días por ella. Si no damos igual acceso a derechos, si mantenemos a las sociedades de las Américas entre las más desiguales del mundo, nunca podremos lograr que funcione adecuadamente la democracia.

Esa es la razón por la que asumí el puesto de Secretario General. Asumí el compromiso de asegurar que en las Américas podamos lograr más derechos para más gente.

La desigualdad en la distribución del ingreso, el acceso desigual a bienes o servicios básicos y la injusticia, constituyen claros obstáculos al pleno goce de los derechos políticos, económicos, sociales y culturales.

La promoción y protección de los derechos humanos es condición fundamental para la existencia de una sociedad democrática. Y la democracia sólo se consolida cuando se reconoce la importancia del continuo desarrollo y fortalecimiento del Sistema Interamericano de Derechos Humanos.

Es nuestro deber como políticos, líderes, diplomáticos, dirigentes de la sociedad civil y ciudadanos de las Américas lograr una mayor igualdad para nuestros pueblos. Es también fundamental fomentar la participación de los jóvenes en la política.

Me enorgullece particularmente el Acuerdo Marco de Cooperación que firmamos con la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia a fines del mes de octubre pasado el cual permitirá entre otras cosas, conectar y empoderar a jóvenes líderes de la región así como fomentar la participación ciudadana en los procesos electorales, y contribuir con iniciativas que favorezcan la transparencia y el combate a la corrupción.

En ese sentido el premio que se me concede hoy pertenece en realidad a todas las personas a través del continente quienes como Oswaldo Payá, lucharon por los derechos civiles y políticos y se sacrificaron por ellos.

Por ello es que mi responsabilidad junto a todos los demócratas del continente es asegurarnos de que haya cada día más democracia, más derechos, más seguridad y más prosperidad para todos.

Muchas gracias.

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