Analistas estadounidenses entrevistados por el servicio en Mandarín de la Voz de América temen que los planes de China para una nueva base de espionaje en Cuba y una instalación de entrenamiento militar vayan más allá de la recolección de inteligencia.
Estos analistas advierten que si estallara una guerra por Taiwán, el ejército chino podría operar en América Latina y el Caribe para interrumpir las operaciones militares de Estados Unidos, incluso, atacar el territorio continental de Estados Unidos.
David Stupples, profesor de Ingeniería Electrónica y de Radio en la City University de Londres, dijo a VOA Mandarín que incluso si China no pudiera estacionar muchas tropas en Cuba, las instalaciones de Beijing allí podrían recopilar información de submarinos estadounidenses.
Evan Ellis, profesor de estudios latinoamericanos en el U.S. Army War College, señaló que Cuba podría haber otorgado a China acceso a tres instalaciones de vigilancia de la era soviética tan temprano como en 1999 o el año 2000.
Ellis dijo que el establecimiento de una nueva estación crearía "la oportunidad de una presencia semipermanente que aumente el nivel de colaboración y coordinación militar" entre China y Cuba.
La presunta expansión de China en el patio trasero de Estados Unidos respalda sus ambiciones económicas y políticas, así como su acceso a minerales críticos como el litio y el cobre y recursos como el carbón y el petróleo.
Ellis dijo a VOA Mandarín que China podría aprovechar la proximidad de Cuba para desplegar personal de operaciones especiales, interrumpir las operaciones militares de Estados Unidos y atacar el territorio continental de Estados Unidos para interrumpir las cadenas de suministro clave que respaldan la defensa estadounidense si Beijing atacara a Taiwán.
Según un informe de antecedentes del Council on Foreign Relations sobre la creciente influencia de China en América Latina, la mayor presencia de China en Cuba forma parte de un aumento de los lazos militares que incluyen mayores ventas de armas, intercambios militares y programas de capacitación, en toda América Latina, señala el reporte de VOA.
Mientras tanto, en un artículo de opinión en el diario The Wall Street Journal, Miles Yu, que fue asesor de política y planificación de China del secretario de Estado Mike Pompeo entre 2018 y 2021, expresó que “el proyecto de espionaje conjunto entre La Habana y Beijing plantea un problema de seguridad nacional del orden más grave”.
“Durante los últimos 20 años, ambos partidos políticos han sido deliberadamente indolentes ante esta amenaza. Los líderes estadounidenses de todas las tendencias políticas deben quitarse las orejeras y enfrentarlo”, recalcó Yu.
El secretario de estado norteamericano, Antony Blinken, ha dicho que Washington ha dejado en claro sus preocupaciones a Beijing y La Habana sobre este tema, y ha tenido cierto éxito en evitar que China construya bases militares en el extranjero.
El domingo pasado, el periodista de la cadena NBC, Chuck Todd, preguntó a Blinken si Estados Unidos impedirá que China "tenga una base militar en Cuba". El secretario de Estado respondió que EEUU no sólo está vigilante, sino que mantiene diálogos desde hace un par de años con varios países donde China “desea afianzarse”, y que hay “esfuerzos diplomáticos” de Estados Unidos en varios lugares.
Sin mencionar los países, Blinken explicó que “hemos tenido cierto éxito en prevenir eso, demorarlo o revertirlo. Seguimos haciéndolo. He planteado eso directamente con mis homólogos chinos. Saben cuál es nuestra posición al respecto”.
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