Hoy es el aniversario 126 del Grito de Baire, el levantamiento armado que dio origen a la llamada Guerra Necesaria, la segunda gesta independentista cubana.
El académico exiliado Eduardo Lolo dijo en entrevista con el periodista Pedro Corzo de Radio Martí que era impensable que los cubanos al levantarse en armas contra el imperio español el 24 de febrero de 1895 pudiesen alcanzar la victoria y que, sin embargo, la obtuvieron cinco años después. "Fue un acto quijotesco", dijo el historiador.
Lolo, presidente de la Academia de la Historia de Cuba en el Exilio, hace un paralelo con la realidad actual de la isla y piensa que ahora parece imposible una victoria contra la dictadura comunista y que el pueblo pueda derrotar al oprobioso castrismo que le sojuzga por 62 largos años.
Pero la historia siempre se repite, para bien o para mal, dijo Lolo. Nuevas generaciones dentro de Cuba, a sabiendas de que tienen pocos recursos para derrotar a la tiranía, recogen el legado del quijotismo del siglo XIX, y luchan por la libertad, subrayó el académico.
A principios de 1895, el ambiente en Cuba era francamente insurreccional y el fracaso del Plan de La Fernandina, al incautar las autoridades estadounidenses las armas de la expedición que organizaba José Martí para reiniciar la Guerra Necesaria, lejos de amilanar a los independentistas, levantó el espíritu revolucionario.
Los jefes comprometidos dentro de la Isla, ansiosos por retornar a la manigua, apremiaban al Apóstol para que firmara la Orden de Alzamiento con el argumento de que el Gobierno colonial español ya estaba sobre aviso y en cualquier momento podían caer detenidos.
El 29 de enero, Martí convocó a Mayía Rodríguez, en quien Máximo Gómez había delegado su “autoridad y poder expresos”, y a Enrique Collazo, que daba de la autoridad de éste para valorar las noticias e informes recibidos de Cuba.
Los reunidos coincidieron en la necesidad de impartir cuanto antes la Orden de Alzamiento, la cual redactó el Héroe Nacional de Cuba y suscribieron los tres.
En los primeros días de febrero de 1895, en su condición de Delegado del Partido Revolucionario Cubano (PRC) en Cuba, Juan Gualberto Gómez, recibió la ya mencionada Orden de Alzamiento y “otras que debía encaminar”, según su testimonio.
Martí había enviado indicaciones a Juan Gualberto Gómez para que el levantamiento fuera simultáneo y por tanto más efectivo. En la fecha acordada se alzaron el mayor general Guillermón Moncada, el coronel Quintín Banderas, el coronel Paquito Pérez, el general Bartolomé Masó y el oficial subalterno Saturnino Lora, entre otros.
Según varias fuentes, unas 35 localidades de distintas partes del país se levantaron en armas contra el colonialismo español aquel 24 de febrero pero solo en la región oriental, sobre todo en su parte sur, pudieron consolidarse los focos guerrilleros.
Para Lolo, ese espíritu quijotesco de los mambises se ve hoy en día en los jóvenes que luchan por la libertad en Cuba. Los cubanos tuvieron éxito cuando lucharon por la independencia hace tantos años, y ahora las nuevas generaciones lo tendrán de nuevo, opinó Eduardo Lolo.