Tras más de tres meses sin ver a sus seres queridos y casi dos bajo la prohibición de llamadas telefónicas, el régimen cubano autorizó este jueves una visita familiar de dos horas al preso político Eduardo Cardet.
Para la esposa del opositor, Yaimaris Vecino, fue una situación "estresante", y "siempre con el temor de que no nos iban a dejar verlo", hasta que después de horas de espera pudo encontrarse con Cardet en la cárcel de Cuba Sí, en Holguín.
"Está delgado (...) y muy desanimado" tras varios meses "sin poder ver a la familia", e incluso sin poder comunicarse con ellos por vía telefónica, explicó.
Vecino dijo que tras una evaluación de las autoridades del penal, Cardet fue informado de que no recibirá la rebaja de condena de dos meses por año, supuestamente "por indisciplina".
El declarado prisionero de conciencia por Amnistía Internacional soporta las arbitrariedades del régimen y las rigurosas condiciones de la prisión "con todo el estoicismo que de él hemos esperado", dijo su esposa.
"No te puedo decir que no ha hecho mella en su salud, en su espíritu (...) pero lo está resistiendo", afirmó Vecino.
"El miedo de nosotros como familia, y por supuesto de él, es que a la hora en que le corresponda ya la libertad al extinguir la sanción, se aparezcan (las autoridades) con otra cosa, que lo enreden", señaló la esposa de Cardet.
Asistieron a las dos horas de visita la madre, la hermana y la esposa del opositor. El régimen penitenciario solo permite a tres familiares en cada encuentro.
El Parlamento Europeo pidió este jueves que cesen de inmediato las detenciones arbitrarias, la persecución, el acoso y los ataques contra la oposición política en Cuba y se ponga inmediatamente en libertad a todos los presos políticos, incluido Eduardo Cardet.
(Con reporte de Yolanda Huerga para Radio Martí)