El expresidente del Gobierno español José María Aznar lamentó hoy que el papa Francisco no hablara durante su reciente viaje a Cuba ni de libertad, ni de Derechos Humanos, ni de prisioneros.
En su intervención en un foro junto al periodista colombiano Juan Carlos Iragorri, Aznar dijo que le cuesta comprender por qué se restablecen relaciones diplomáticas con Cuba –en el caso de Estados Unidos– sin que los hermanos Fidel y Raúl Castro paguen "ningún precio".
En cuanto a las elecciones presidenciales en Estados Unidos de 2016, afirmó que lo que le conviene a España es que haya un Jefe de Estado que hable español, como Jeb Bush o Marco Rubio, y que si además comprende la mentalidad latinoamericana, "tanto mejor". Añadió que sería muy importante para todos que hubiera un presidente con cierta experiencia, cierto conocimiento del mundo internacional, que sea capaz de unir y no dividir a la sociedad y que recupere la credibilidad, el prestigio y autoridad del país.
Sobre los populismos, señaló que no sólo existen en América Latina o en Europa, sino que también los hay en Estados Unidos, sólo que allí los populistas son "billonarios o trillonarios", en alusión al magnate inmobiliario Donald Trump.
Sobre otros temas, Aznar calificó de "inaceptable" la "expulsión" de ciudadanos colombianos por parte de Venezuela: "Eso es nazismo". Un total de 22.194 colombianos han retornado de Venezuela desde el inicio de la crisis fronteriza el pasado 19 de agosto, según informó el pasado viernes la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). "La expulsión de ciudadanos colombianos me parece inaceptable, eso es nazismo, ocurría en la Alemania nazi y es lo que está pasando en Venezuela", afirmó.
El exjefe del Ejecutivo español habló de las elecciones venezolanas del 6 de diciembre y apuntó que no puede confiar en la transparencia de unos comicios "organizados por el régimen" de Nicolás Maduro. Hizo hincapié en que en Venezuela se "acosa" a la oposición, se le encarcela y se le persigue, como también se persigue a los críticos y a los medios de comunicación.
Aznar dijo que los líderes de los partidos latinoamericanos deberían ser "mucho más exigentes con el respeto a los Derechos Humanos, las libertades y la democracia" en el caso de Venezuela y no debería haber "división" en la región con respecto a lo que ocurre en ese país, sino una "postura clara" al respecto.