GINEBRA- Los líderes políticos son responsables de dar ejemplo con su lenguaje, mensajes y sus propias vidas de respeto de los derechos humanos porque en función de ello se comportarán sus sociedades, dijo el miércoles la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet.
La expresidenta chilena y exresponsable de la primera agencia de Naciones Unidas creada específicamente para promover la igualdad de género compareció ante la prensa con ocasión del próximo aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que el 10 de diciembre cumple setenta años desde su adopción.
Bachelet, quien respondió a preguntas sobre la situación de los derechos humanos, destacó la responsabilidad que tienen los dirigentes políticos de abstenerse de todo discurso o acción que atice la división, el odio o la xenofobia.
Reconoció que esta última tendencia representa "un retroceso" en los derechos humanos, cuya piedra fundacional es la Declaración Universal, que a su vez ha inspirado una decena de convenciones que han servido para afinar la protección de derechos específicos.
"Cuando los líderes hablan contra los migrantes o utilizan discursos de xenofobia y odio están dando licencia a otras personas para que no respeten a los demás", explicó Bachelet.
Por ello, continuó, "mi mensaje a los líderes es que dirijan a través del ejemplo, con los derechos humanos como parte importante de sus vidas, de su lenguaje y de sus mensajes porque así se comportarán luego las sociedades".
A una pregunta sobre el "relativismo" al que aluden los que consideran que los derechos humanos son un concepto occidental que no es aplicable a todos, la alta comisionada lo consideró como un "justificación de quienes no respetan los derechos humanos".
Los derechos humanos pasan por un momento histórico difícil, con fuertes ataques al multilateralismo, el principio que promueve la alianza de los países en favor de objetivos comunes, pero que está siendo erosionado por la primacía de los intereses nacionales, añadió la política chilena.
Sin embargo, Bachelet consideró que esa respuesta es equivocada porque "los problemas globales requieren respuestas globales, y ningún país puede resolver los problemas por si solo".
Esos problemas van desde la migración hasta las consecuencias del cambio climático, pasando por las formas en las que se afronta la violencia y la discriminación que sufren las mujeres.
Al abordar algunas situaciones específicas la alta comisionada comentó el caso de Brasil, donde el presidente electo Jair Bolsonaro ha anunciado medidas como la flexibilización del acceso a las armas para hacer frente a la criminalidad.
Dijo estar en desacuerdo con tal posibilidad "porque hemos visto lo que ha sucedido en muchos lugares; gente que usa armas para tiroteos o que mata niños en las escuelas".
Frente a ciertas tendencias autoritarias en América Latina, comentó que espera que la región haya aprendido "las lecciones del pasado" y que no se considere que la mano dura es la única opción para resolver la violencia u otros problemas que afrontan los países.
Otro tema al que se refirió extensamente fue el de la caravana de migrantes centroamericanos que se encuentran actualmente en México a la espera de una oportunidad de entrar en Estados Unidos, lo que el presidente de este país, Donald Trump, ha rechazado de todos los modos posibles.
Para aquellos que son refugiados en estas caravanas Bachelet
pidió que sean protegidos y aceptados en un tiempo razonable,
mientras que para los migrantes por razones económicas pidió que se
les trate dignamente y que se planteen soluciones para las causas
que les forzaron a abandonar sus países.