Residentes de Baracoa, en la oriental provincia de Guantánamo, cuyas viviendas fueron destruidas por el impacto de los huracanes Ike, Sandy y Matthew, continúan en 2019 en condiciones de hacinamiento en espacios denominados "facilidades temporales".
El activista Francisco Luis Manzané Ortíz, residente de esa localidad, dijo a Radio Televisión Martí que aún son muchos los afectados por estos fenómenos meteorológicos que no han podido resolver su situación.
Baracoa sufrió los embates del ciclón Ike, en 2008; Sandy, en 2012, y Matthew, en 2016, tres huracanes de gran potencia que causaron graves daños en ese municipio.
Con el intenso calor del verano que alcanza temperaturas de hasta 35 grados los baracoenses que lograron reparar las cubiertas de sus casas con tejas de cartón "tienen que permanecer fuera de la vivienda hasta por lo menos cuando esté cayendo la tarde" porque el material se recalienta al sol, explicó Manzané Ortíz.
Los que recibieron refugio en las "facilidades temporales", incluidos niños, ancianos y hasta enfermos en fase terminal, viven "hacinados" y en un "limbo", con pocas esperanzas de regresar a sus hogares.
Durante el paso de Matthew, que azotó la región con categoría 4, el 80% del fondo habitacional resultó afectado. Unas 19.000 viviendas sufrieron daños parciales o quedaron destruidas por los fuertes vientos e intensas lluvias.
Pero el problema es anterior a ese desastre natural. En la localidad del Toa viven personas en albergues "desde antes de que pasara el huracán Ike en el 2008", aseguró el activista.
En la actual temporada ciclónica podrían formarse entre 9 a 15 tormentas tropicales en el Atlántico, de las cuales de 4 a 8 podrían convertirse en huracanes, según pronósticos del Centro Nacional de Huracanes de EEUU.
(Con reporte de Ivette Pacheco y archivo Radio Televisión Martí)
