Una tragedia familiar que tuvo por escenario en agosto el polo turístico de Varadero, el más importante de sol y playa en Cuba, pone de relieve la insuficiente infraestructura y preparación de la mayor de las Antillas para asimilar el creciente número de turistas y viajeros que la vienen escogiendo como destino.
La familia de un canadiense que falleció de un infarto desatendido en la famosa playa de prístinas aguas y finas arenas, quiere aconsejar a otros turistas que averigüen, antes de viajar, con qué condiciones cuenta su hotel en Cuba para atender una emergencia, si tiene algún médico o enfermera entre su personal y qué tiempo tardarían en transportar al hospital un caso de urgencia.
Sellviya, la hija de Augustus Nicholas Anton, apodado Elvin, de 62 años y residente de Scarborough, en el este de Toronto, aún sangra por la herida de haber visto morir ante sus ojos, prácticamente sin socorro médico, al cabeza de familia.
La división de noticias de la Canadian Broadcasting Corporation, CNC, refiere que los dos, y otros 22 familiares, se hospedaban en el Memories Varadero, uno de los 10 hoteles que posee en la isla el Grupo de Turismo Gaviota, perteneciente al holding militar cubano GAESA. Los Memories en Cuba son administrados, en empresa mixta con Gaviota, por la firma Blue Diamond Resorts.
Este fue el segundo incidente médico de importancia en involucrar a un hotel Memories cubano este verano, luego que decenas de turistas canadienses contrajeran gastroenteritis a principios de agosto en el Memories Paraíso Azul de Cayo Santa María, Villa Clara.
Del paraíso al infierno
Sellviya vio por última vez vivo a su padre en la mañana del 25 de agosto, cuando participaban en una agotadora sesión de ejercicios aeróbicos en la piscina. Una hora después, recibió una llamada urgente: Alrededor del cuerpo de su padre tendido en la arena encontró a varios salvavidas. Pero no había ninguno a la vista cuando otros vacacionistas, Preamini Geevaharan y sus padres, tropezaron en el agua con el hombre, inconsciente.
Tuvieron que correr a buscar un salvavidas. Según una enfermera canadiense presente en el lugar, la resucitación cardiorrespiratoria que le practicó el socorrista al turista infartado fue incorrecta. Ella se hizo cargo, sin resultados.
Aunque los 23 familiares clamaban por una ambulancia, fue a la media hora que llegó una de las dos que, según les dijeron funcionarios consulares canadienses, atienden los por lo menos 72 hoteles del polo turístico.
Aunque Varadero cuenta con una clínica internacional, la misma parece estar consagrada al llamado turismo de salud: Anuncia como su "misión fundamental el cuidado y mejoramiento de la salud", con tratamientos personalizados. En segundo lugar, dice ser "una unidad de evaluación, diagnóstico y tratamiento primario" abierta las 24 horas "para su posterior remisión, en caso de ser necesario, a los hospitales del Sistema Nacional de Salud del territorio".
El hospital más cercano es el municipal de Cárdenas, a por lo menos 25 minutos por carretera, y en pésimas condiciones, según denunció en 2013 la prensa independiente. El próximo es el de Matanzas, la cabecera provincial, a unos 30 kilómetros del famoso balneario. Hasta ahora, la helitransportación parece ser un concepto ajeno a la industria turística cubana.
Cuatro horas al sol
Los paramédicos encontraron a Elvin ya cadáver. Le cubrieron la cabeza con una toalla, lo dejaron sobre la arena, en espera del levantamiento policial, y se marcharon. Los familiares, presa de incredulidad y desesperación, fueron testigos de cómo el cuerpo de su ser querido permanecía cuatro horas bajo el sol de plomo fundido del verano cubano.
"Ellos simplemente lo dejaron en el suelo, en la arena", dijo Sellviya a la CBC. "Mi familia tuvo que alzarlo en peso y acostarlo en una silla de extensión de un turista de Toronto". Luego los policías lo subieron al primer piso del hotel, de donde lo trasladaron a La Habana. Los familiares tuvieron que pagar $8.500 por embalsamarlo.
"El cadáver de mi padre llegó a Toronto 10 días después, así que estaba muy corrompido. Me siento aliviada de que ya esté sepultado".
Blue Diamond Resorts aseguró en un comunicado que el personal que respondió a la emergencia hizo todo lo posible para resucitar a Elvin Nicholas Anton. "Los salvavidas de la playa han sido aprobados por la Cruz Roja y nombrados por el Gobierno", precisó la nota.
Pero la doliente hija tiene una visión menos políticamente correcta: "Uno cree estar entrando en el paraíso pero, en cuestión de minutos, yo pasé del paraíso al infierno".