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Presidente Trump recibió en la Casa Blanca al Canciller ruso Lavrov


El presidente Donald Trump recibe en la Casa Blanca al canciller ruso Serguéi Lavrov (White House)
El presidente Donald Trump recibe en la Casa Blanca al canciller ruso Serguéi Lavrov (White House)

"La horrible matanza en Siria tiene que parar", dijo el Presidente tras su encuentro con el canciller ruso. Casa Blanca: Trump presionó a Moscú para que refrene al régimen de Assad y a Irán.

WASHINGTON - “La horrible matanza en Siria tiene que parar; todos estamos trabajando con ese fin”, declaró el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, al concluir su reunión esta mañana en la Casa Blanca con el ministro ruso de Relaciones Exteriores Serguéi Lavrov.

Una nota de la oficina de prensa de la mansión presidencial precisa que Trump enfatizó a Lavrov la necesidad de trabajar para poner fin al conflicto en Siria, y presionó a Rusia para que frene al régimen de Bashar al Assad y a Irán.

También abordó el tema de Ucrania, reiterando el compromiso de Washington a continuar trabajando por la solución del conflicto e instando a Moscú a implementar plenamente los acuerdos de Minsk.

Trump manifestó asimismo su disposición a establecer una cooperación más amplia con Rusia y a trabajar conjuntamente para la solución de los conflictos en el Medio Oriente.

Trump, y antes su Secretario de Estado Rex Tillerson, recibieron al canciller ruso, quien intenta coordinar con Estados Unidos un plan para Siria. “Nos concentramos principalmente en ideas para desescalar (el conflicto) en zonas de Siria previamente propuestas por Tillerson”, puntualizó el canciller ruso durante una rueda de prensa en la Embajada de Rusia en Washington, posterior a sus encuentros con su homólogo estadounidense y el presidente Trump.

"El diálogo sobre las relaciones EE.UU.-Rusia está ahora libre de ideologización. Siempre que las personas hacen algo de verdad y no preferencias políticas es positivo para las relaciones”, comentó Lavrov.

La visita del emisario ruso tiene lugar un día después de que el presidente conmocionara a Washington al despedir al jefe del FBI, James Comey, en medio de una investigación sobre si asistentes de campaña de Trump se coludieron con Rusia para influir en las elecciones de EE.UU..

Preguntado sobre este punto. el ministro dijo que: "Esa bacanal (los comicios) a ninguno de nosotros nos incumbe".

El despido del jefe de la policía federal enfureció a los demócratas, que exigieron que la investigación sobre la supuesta injerencia rusa pase a manos de una comisón legislativa o de un investigador independiente.

La controversia puede complicar la misión de Lavrov, quien busca apoyo estadounidense para el plan ruso, que crearía zonas de seguridad en Siria.
"Al igual que nosotros, los estadounidenses necesitan esta reunión", declaró Lavrov a la televisión rusa.

En tanto, el presidente Vladimir Putin se reunió el miércoles en Moscú con su consejo de seguridad para discutir sobre las relaciones con Estados Unidos, en el contexto de la visita de Lavrov a Trump, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, a la agencia noticiosa RIA Novosti.

El secretario de Estado de los Estados Unidos, Rex Tillerson (d), se reúne con el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov (i), en el Departamento de Estado en Washington.
El secretario de Estado de los Estados Unidos, Rex Tillerson (d), se reúne con el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov (i), en el Departamento de Estado en Washington.



Lavrov primero se reunió este miércoles en Washington con el secretario de Estado, Rex Tillerson.

"Deseo dar la bienvenida al ministro de Relaciones Exteriores al Departamento de Estado y expresar mi aprecio a él por hacer el viaje a Washington, lo que permite que continuemos nuestro diálogo y nuestros intercambios que comenzaron en Moscú", dijo Tillerson a los periodistas.

El canciller ruso, quien estuvo en Washington por última vez en agosto de 2013, es el funcionario ruso de mayor nivel que se reúne con Trump desde que éste asumió el poder en enero.

Las relaciones entre estos viejos enemigos de la Guerra Fría se deterioraron bajo el gobierno de Barack Obama tras la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014 y su firme apoyo al presidente sirio Bashar al-Asad.

Desde marzo de 2011, el conflicto sirio ha dejado más de 320.000 muertos y ha forzado a millones de refugiados a escapar. Ni Washington, que apoya a la oposición siria, ni Moscú, que apoya al régimen, han logrado encontrar una solución al conflicto.

Después del fin del mandato de Obama en enero, Estados Unidos se ha retirado gradualmente del proceso diplomático, dejando a Rusia el liderazgo.

Estados Unidos no tomó parte de un acuerdo logrado por Rusia e Irán, que apoyan al gobierno sirio, y por Turquía, que respalda a los rebeldes, firmado el pasado jueves en la capital kazaja de Astaná para establecer zonas de seguridad en Siria.

El acuerdo establece la creación de cuatro "zonas de distensión" para un alto al fuego, prohíbe los vuelos y autoriza la entrega de ayuda humanitaria.

Washington ha dado una escéptica bienvenida al plan, citando preocupaciones por el papel de garante de Irán, aunque ha expresado su confianza en que el acuerdo siente las bases para un posterior arreglo.

"Vamos a observar la proposición y ver si funciona", dijo el lunes el jefe del Pentágono, Jim Mattis.

Varios altos al fuego han sido acordados desde que estalló el conflicto sirio,
pero todos han fracasado en conseguir en terminar permanentemente los combates.

En los últimos seis años, Moscú y Washington han tenido controversias varias veces sobre el conflicto en Siria, en particular sobre el destino de Asad.

La llegada de Trump a la Casa Blanca no ha conducido a un acercamiento con Rusia e incluso a comienzos de abril Estados Unidos lanzó un ataque contra el régimen sirio en represalia por el supuesto uso de armas químicas.

Sobre Ucrania, el Departamento de Estado dijo que "ambas partes discutirán sobre la necesidad de detener la violencia en el este de Ucrania y resolver el conflicto a través de la plena implementación de los acuerdos de Minsk".

Los diplomáticos ruso y estadounidense se verán nuevamente el jueves en Fairbanks, Alaska, en una reunión del Consejo Ártico, un foro intergubernamental para cooperación en medio ambiente, petróleo y minería, navegación, pesca y turismo.

El Consejo congrega a ocho países con costa en el Océano Ártico: Canadá, Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega, Suecia, Rusia y Estados Unidos.

[Redactado por Rolando Cartaya con información de Agencias]

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