La crisis económica que enfrenta Cuba, donde cada vez es más difícil conseguir alimentos, ha obligado a las autoridades cubanas a enmendar una disposición divulgada en agosto sobre la importación de alimentos para permitir la importación de carne fresca, congelada, deshidratada o semielaborada, como hamburguesas y picadillo.
El documento fechado el 5 de septiembre, menciona también la autorización para llevar embutidos como jamón, chorizos, salami, conservas, leche en polvo, leche fluida UHT (procesada a altas temperaturas) y postres lácteos, así como quesos maduros pasteurizados, entre otros productos que lleven la clara indicación de procedencia de España, Estados Unidos, Portugal, Canadá, México, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Brasil, Argentina, Chile y Uruguay.
La resolución divulgada este martes por el Ministerio de la Agricultura y el Centro Nacional de Sanidad Animal especifica que todos los productos deben estar debidamente envasados, etiquetados con marcas reconocidas y sin roturas.
Además especifica que "las importaciones de alimentos con carácter comercial están sujetas a requisitos y procedimientos amparados por regulaciones sanitarias comerciales y legales, que son debidamente armonizadas entre las autoridades de los países, empresas importadoras, exportadoras y proveedores, asegurando así la calidad e inocuidad de los alimentos y facilitando el comercio de mercancías seguras. Estas se diferencian de las que se perciben en calidad de donativos y las que se realizan por viajeros o personas naturales. Las prohibiciones absolutas para la importación de alimentos de origen animal por los viajeros obedecen al cumplimiento de los requisitos sanitarios antes mencionados. Teniendo en cuenta la situación socio sanitaria de los países de origen que pueden ser diferentes aún en una misma zona geográfica. Esta es la razón por la cual hasta el momento se han mantenido determinadas prohibiciones para la entrada al territorio nacional de alimentos. Para el caso de viajeros que arriban desde diferentes países y regiones del mundo".
Desde julio de 2021, la publicación especializada en temas económicos The Economist alertaba que los cubanos estaban enfrentando la peor escasez de alimentos desde la década de 1990.
El miércoles desde varias regiones de Cuba, los cubanos alertaron a Radio Televisión Martí sobre el incremento del precio de los alimentos y la poca oferta.
Los entrevistados mencionaron que en el mercado estatal no se oferta casi nada, que los productos en las tiendas en divisa son inalcanzables para la mayoría de los cubanos, que la canasta básica que vende el Estado apenas alcanza para algunos días y que son los trabajadores privados los que mantienen la mayor gama de productos, ya sea por medio de la venta legal o en el mercado negro.
En un plan estatal para la recuperación de la ganadería en la isla, el gobierno cubano autorizó, en abril de 2021, la carne de res, así como la leche y productos derivados, por parte de los campesinos, pero impuso una serie de requisitos a la medida, como el cumplimiento de los planes estatales con Acopio sin que se reduzca la masa ganadera.
Ganaderos entrevistados entonces por Radio Televisión Martí calificaron las medidas de “pálidas” e “insuficientes, y criticaron el hecho de que los precios establecidos por las autoridades no tuvieran en cuenta al campesino, sus necesidades y carencias de insumos para potenciar la producción.
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