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¿Donde están las casas antisísmicas y anticiclónicas que vende Cuba?


Un hombre limpia de escombros al frente de su vivienda hoy, viernes 7 de octubre de 2016, tras el paso hace tres días del huracán Matthew en Baracoa (Cuba).EFE/Alejandro Ernesto
Un hombre limpia de escombros al frente de su vivienda hoy, viernes 7 de octubre de 2016, tras el paso hace tres días del huracán Matthew en Baracoa (Cuba).EFE/Alejandro Ernesto

El Ministerio de la Construcción de la República de Cuba, a través de su empresa exportadora de materiales de construcción, diseña y fabrica viviendas antisísmicas y anticiclónicas que comercializa en varios países de Latinoamérica y el Caribe.

Las desoladoras imágenes que circulan por la internet mostrando el destrozo que Matthew ha dejado a su paso por el extremo oriental cubano, han suscitado con toda razón, un caudal de apoyo y solidaridad para quienes, incluso con buena intención, conseguirán más alivio que solución, movilizando campañas de recaudación y ayuda para los damnificados.

Mi abuela siempre decía “Si ves un judío hambriento y le das un pan con lechón; le estarás matando el hambre con un fusil de humillación”.

Pedir al gobierno cubano una excepción arancelaria, recaudar dinero, comida, zapatos, agua y hasta preservativos, u ofrecerse para entregar toda la ayuda recaudada cruzando puentes destruidos y zonas devastadas, alivia mucho el sufrimiento de las 9 210 familias que vieron sus casas afectadas, alimenta la misericordia tan necesaria en estos tiempos y estimula el protagonismo de burdos manipuladores; pero no soluciona el problema.

Ahora lo fundamental es que organismos estatales, entidades, personas individuales y consorcios internacionales interesados en ayudar, no estén solo involucrados en cumplir planes, llamar la atención o hacer de la ayuda un trending topic, sino en satisfacer las carencias reales de la población afectada.

El dilema de los que padecieron minuto a minuto, la fuerza demoledora de Matthew, es muy fácil de ubicar. Lo han dicho las autoridades locales: “del total de inmuebles dañados, mas de medio centenar fue destruido totalmente y 1391 de manera parcial, mientras que los techos con fisura o desprendidos superan los 7 mil, de ellos 4 371 son irrecuperables”.

La solución es igual de sencilla, pero no estoy seguro que sea el afán, o lo más deseado, porque únicamente requiere de mano de obra, eliminar el discurso o intención ideológica y mucha piedra.

El Ministerio de la Construcción de la República de Cuba, a través de su empresa exportadora de materiales de construcción, diseña y fabrica viviendas antisísmicas y anticiclónicas que comercializa en varios países de Latinoamérica y el Caribe. Un muestrario representativo de este tipo de casas, cuyo precio base de venta (no de costo de producción) comienza en 3 mil dólares americanos, está ubicado en el reparto habanero Naútico.

Es bueno recordar, que hace un tiempo, 10 mil de estos módulos habitacionales, que en número significan más de los que ahora mismo necesita Baracoa, fueron donados por Cuba al gobierno de Daniel Ortega para que fueran entregados e instalados en una comunidad indígena ubicada en la costa atlántica de ese país.

¿Cómo hacer llegar estas casas hasta la zona afectada? Como mismo las exporta el Ministerio de la Construcción. Uno de estos modelos de alojamiento, completo, cabe en dos contenedores de 20 pies cada uno. Teniendo en cuenta el poco calado de algunos puertos del Caribe, estos container se transportan en patanas remolcadas.

¿De dónde sacar el billete? Según la legislación vigente y el “programa de construcción, conservación o rehabilitación de viviendas”, para enfrentar este tipo de desastres, todos los gobiernos municipales disponen de fondos o pueden pedir al gobierno nacional los recursos necesarios para entregar los subsidios monetarios a las personas menos favorecidas. Fue por ello, y no por bondad, que el gobierno “revolucionario” se vio obligado a financiar el 50% de los precios de los materiales de construcción que se venderán a las personas cuyas viviendas presenten destrucción total o parcial debido a los daños severosprovocados en varios municipios de Guantánamo y Holguín.

Me parece insuficiente. También podemos ayudar enviando dinero, bajo tenaz supervisión, para que esta empresa del Estado contrate mano de obra local y de esta forma poner en práctica una solución habitacional definitiva y real. Fórmula que, además de generar empleos, puede servir como saludable ejercicio para comenzar a zanjar las líneas rojas que hoy impiden al gobierno, a la oposición y al exilio, trabajar de conjunto en beneficio de la población nacional.

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    Juan Juan Almeida

    Licenciado en Ciencias Penales. Analista, escritor. Fue premiado en un concurso de cuentos cortos en Argentina. En el año 2009 publica “Memorias de un guerrillero desconocido cubano”, novela testimonio donde satiriza  la decadencia de la élite del poder en Cuba.

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