El Festival Internacional Jazz Plaza de La Habana suspendió la exhibición del documental “Manteca, mondongo y bacalao con pan” del realizador cubano Pavel Giroud que estaba prevista para este sábado, 1ro de febrero.
“Me llamó la atención que estuviera programado porque, digamos, que mi nombre está maldito en el Instituto de Cine con esa nueva presidencia, y entre los directivos culturales que tiene ese país”, comentó a Martí Noticias el cineasta exiliado en España.
“Pero bueno, es un documental que hice hace muchos años, casi 20 años. Hoy, repasándolo, vi que el documental sí tiene momentos... como cuando te cuenta que, cuando llega Fidel y la revolución, de pronto todo lo que tiene que ver con la cultura norteamericana se viene abajo, y hay un momento en que ves a Fidel Castro casi que dirigiendo a Peyo el Afrokán lo que tiene que hacer en un estudio de grabación, y cosas así, pero ya ese documental se había puesto varias veces en Cuba”, recordó el cineasta.
“Cierto es que ahora yo creo que hay más censura que en los últimos 20 años; a nivel masivo y loco. Siempre había una película censurada cada un año, cada dos años, pero ahora están que, en breve, no van a tener qué poner en Cuba si siguen censurando”, puntualizó.
El grupo de poder que dirige el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) actualmente, encabezado por su presidente, el periodista Alexis Triana Hernández, ha desarrollado una escalada de enfrentamiento contra la independiente Asamblea de Cineastas Cubanos, que piden, entre otros reclamos, libertad de expresión.
El perfil oficialista Ver Cine informó que la obra de Giroud "no pudo mostrarse debido a que no se encuentra en buen estado" y en su lugar se exhibió el documental Temperamento, de Jorge Fuentes.
“No sé cómo ese material, que debe tener un máster digital bien conservado, y que a su vez tiene que tener varias copias en formatos como DVD, etcétera, va a estar en mal estado. Y es tan simple como que, si lo quieres poner, me mandas un mensaje y yo te mando un link de descarga del documental”, señaló Giroud en sus declaraciones a nuestro medio.
El realizador señaló directamente al instituto de cine cubano como responsable de la censura de su documental.
“Yo estoy seguro que fue una orden de la Presidencia del ICAIC. Tengo seguridad; más que sospecha, convencimiento absoluto que eso viene de la Presidencia del ICAIC. Y, así las cosas, ese presidente tendrá vida limitada como presidente, y mis películas y las de todos los que hemos hecho cine en Cuba, se verán en algún momento”, afirmó.
En abril de 2023, al recoger el galardón de Mejor Película Documental de los Premios Platino de Cine Iberoamericano, Giroud aludió a la situación de Cuba y al hecho de que el mundo no le preste atención al dolor de los cubanos.
El Festival Internacional Jazz Plaza celebró su 40 edición desde el 26 de enero hasta este domingo, 2 de febrero, en La Habana, e incluyó presentaciones en las ciudades de Santiago de Cuba y Santa Clara.
Tras la cancelación de “Manteca, mondongo y bacalao con pan”, las reacciones de apoyo al cineasta cubano no se hicieron esperar, como la de la investigadora Rosa Marquetti: “¡Qué vergüenza! Lástima por el público, que se perdió un excelente documental sobre el jazz en Cuba y su historia".
El independiente Observatorio de Derechos Culturales (ODC) también se pronunció sobre el episodio de censura: “Otra vulneración de derechos culturales, tanto de un artista como del público, que va pensando en una programación que ha sido pensada por especialistas y se encuentra otra, que ha sido finalmente determinada por el comisariado cultural, por la policía de la cultura”, indicó Omara Ruiz Urquiola, investigadora del ODC.
Ruiz Urquiola se refirió a los más de 400 asistentes internacionales al Jazz Plaza, la mayoría procedentes de Estados Unidos, entre ellos el saxofonista Ted Nash, el trompetista Orbert Davis, la banda The Funky Taters y la arpista Patrice Fisher, y jazzistas cubanos radicados en ese país.
“Habría que preguntarse hasta dónde están enterados estos artistas, estos participantes que vienen de afuera, de a lo que ellos están asistiendo. En segundo lugar, habría que preguntarse si lo saben y no les importa”, subrayó la investigadora.
“Es muy lamentable, pero también es evidencia de que no ocurre ningún evento cultural en Cuba que no esté aparejado de la violación de derechos culturales. Con cada nuevo evento oficialista cultural en Cuba, se trata de otro espacio facilitador de la vulneración de derechos culturales, tanto de los creadores como del público”, concluyó.
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