El anuncio del ELN de que hará un cese el fuego durante las elecciones presidenciales del 27 de mayo puso este lunes de nuevo en la mesa el debate sobre la continuidad de los diálogos de paz con el Gobierno colombiano que dependerá, en buena medida, de quien sea el próximo inquilino de la Casa de Nariño.
"El ELN anuncia un cese de actividades militares de cinco días para facilitar el voto a la población en las elecciones, que estará vigente entre las cero horas del viernes 25 de mayo y las veinticuatro horas del martes 29", indicó en un comunicado el grupo guerrillero, que ya había ordenado otras treguas electorales recientemente.
Horas antes, el Comando Central (COCE) del Ejército de Liberación Nacional (ELN) escribió en su cuenta de Twitter que la decisión es "un mensaje de respeto a quienes votan".
Dicho gesto, dijo la guerrilla, espera que "sea respondido con una conducta similar por parte las distintas fuerzas político-militares del régimen".
En un texto divulgado a la prensa el ELN cuestionó a los candidatos de la derecha que aspiran a ganar la Presidencia, así como "a EEUU y a los enemigos de la paz que atentan contra el más grande esfuerzo para concretar una solución política del conflicto".
Antes de conocer el anuncio, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, mostró hoy su deseo de alcanzar un acuerdo marco con ese grupo antes de que termine su mandato.
Desde España, en donde Santos concluyó este lunes una gira por Europa, comentó que actualmente se negocia con el ELN "un cese al fuego, ojalá permanente y cómo avanzar en la agenda ya acordada".
A pesar de ello, advirtió que es necesario que los guerrilleros "estén dispuestos" y aclaró que, aunque desea un acuerdo marco con el ELN el próximo Gobierno será el que decidirá "cómo seguir adelante".
Precisamente, algunos de los candidatos a suceder a Santos se pronunciaron sobre el anuncio de la guerrilla.
El exjefe negociador del Gobierno con las FARC, Humberto de la Calle, quinto en las encuestas de intención de voto, sostuvo al respecto que "la suspensión de operaciones del ELN por sí misma es una buena noticia pero realmente insuficiente".
De la Calle insistió "en la necesidad de un cese unilateral indefinido", ya que "eso le daría un impulso enorme" al diálogo de paz que llevan a cabo el Gobierno y el ELN en La Habana, y "sería un mensaje de confianza para los colombianos".
También, el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, del movimiento Mejor Vargas Lleras y quien aparece cuarto en los sondeos de opinión, calificó de "muy útil" la decisión.
A pesar de lo anterior, sostuvo que "no solo basta el cese al fuego" sino que el ELN tiene que "avanzar en lo que resta del actual Gobierno porque lo que no puede ser es que mientras dialogan en Cuba sigan delinquiendo, fortaleciéndose militarmente y controlando el negocio de la minería ilegal y de la droga".
El Gobierno de Colombia y el ELN reanudaron el pasado 10 de mayo en La Habana sus negociaciones de paz que desde febrero del año pasado se llevaban a cabo en Quito.
La sede de los diálogos cambió después de que el mes pasado el presidente de Ecuador, Lenin Moreno, informó que su país se retiraba como garante y sede del proceso negociador por las actividades terroristas que el ELN sigue realizando.
Con eso, los diálogos, que se encuentran en su quinto ciclo, tendrán el mismo escenario en el que se fraguó el acuerdo de paz entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Esta no es la primera vez que el ELN declara una tregua electoral pues en las presidenciales de 2014, en un hecho sin precedentes, las dos guerrillas hicieron una tregua que permitió realizar "las elecciones más pacíficas en la historia de Colombia", como aseveró entonces Santos.
El año pasado el ELN también firmó por primera vez en su historia un "alto al fuego y de hostilidades de carácter temporal y bilateral" con el Gobierno, que se prolongó por 101 días, entre el 1 de octubre de 2017 y el pasado 9 de enero.
Posteriormente esa guerrilla cesó sus operaciones entre el 9 y el 13 de marzo último, a propósito de las elecciones legislativas en las que participaron miembros de la ya desmovilizada guerrilla de las FARC, hoy convertida en el movimiento político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC).
(EFE)