Las colas, las discusiones y el regreso a casa con las manos vacías forman parte de la vida de los habaneros que se ven obligados a salir a las calles en busca de alimentos y artículos de primera necesidad a pesar del temor a contagiarse con el COVID-19.
Así lo describieron a Radio Televisión Martí los activistas y realizadores de audiovisuales Eralidis Frómeta y Lázaro Yuri Valle Roca que esta semana se fueron a hacer colas para comprar alimentos en la tienda Puentes Grandes, del Nuevo Vedado, en La Habana y filmaron lo que vieron allí.
"Hay una gran corrupción, lo que ponen a la venta no alcanza y los gerentes de las tiendas y la policía establecen pactos para sacar productos por detrás de los mercados", precisó Valle Roca.
Se ha creado un mercado negro paralelo con los mismos productos del estado que luego se venden "por afuera" , dijo Valle.
Las colas han alcanzado un precio entre 30 y 50 CUC y los que tienen que vigilar para que eso no ocurra "se hacen de la vista gorda" porque también tienen carencias y necesidades, aseguró el comunicador.
En medio de todas esas situaciones la gente sigue corriendo riesgos del contagio al no poder mantener el requerido distanciamiento social.
Otro problema que atenta contra los cubanos, agrega Valle, es que al no poder adquirir lo que necesitan se alteran mucho. Conozco casos de personas que al ver tanto descaro han sufrido infartos y otras con la tensión muy alta, dijo el comunicador.
"Es que la gente está cambiando la vida por comida", apuntó
Frómeta asegura que hay "trapicheo" en las tiendas y "lo he podido ver".
En varias ocasiones ha comprobado que cuando cierran la tienda por la tarde quedan pollos, detergente y otros productos que se están comercializando, sin embargo al día siguiente cuando abren vas a comprar y "ya no hay nada", dijo la activista.
Es muy triste, ver a tantas personas pasarse la noche sin dormir haciendo una cola y creyendo que va a comprar lo que necesita y cuando entra al día siguiente no puede adquirirlo, lamentó.