Para gran sorpresa general, el 50,21% de los colombianos rechazaron el domingo mediante referéndum el acuerdo de paz entre la guerrilla comunista de las FARC y el Gobierno del país, firmado en La Habana, lo que obliga a los especialistas y aspirantes al Nobel de la Paz ligados al proceso a revisar sus pronósticos y pretensiones.
El rechazo al acuerdo de paz en Colombia aniquila prácticamente las posibilidades de los antiguos beligerantes de ganar el premio Nobel de la paz, que será entregado el viernes en Oslo, coinciden este lunes los expertos, tras el inesperado resultado del referéndum colombiano.
Los actores del proceso de paz en Colombia, sobre todo el presidente Juan Manuel Santos y el jefe de la guerrilla marxista de las FARC, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, figuraban entre los favoritos para el Premio Nobel de la Paz, tras haber firmado el 26 de septiembre un histórico acuerdo para cerrar 52 años de conflicto.
Por otro lado el presidente del Senado de Puerto Rico, Eduardo Bhatia, declaró este martes a la emisora Radio Isla 1320 que el gobernante cubano, Raúl Castro, debería recibir el premio Nobel de la Paz por su “intervención tan importante” en el proceso que llevó al gobierno Colombiano y la guerrilla de las FARC a firmar un acuerdo de paz.
"En este contexto (...) el tratado de paz colombiano, o cualquiera que pudiera estar asociado a él, no es simplemente un candidato para el premio Nobel de la paz este año", reaccionó el director del Instituto para la investigación sobre la paz de Oslo (Prio), Kristian Berg Harpviken, un atento observador de todo lo relacionado con los Nobel.
"Creo que simplemente ya no está en la lista" añadió, y explicó que tal premio sería percibido como contrario a la voluntad del pueblo colombiano, solamente pocos días después de que éste haya expresado su opinión.
Santos no se da por vencido
Santos, que confiado apostó mucho de su capital político al acuerdo y había dicho que un rechazo sería "catastrófico", dijo ahora que hablará con la oposición para determinar el rumbo a seguir, pero aclaró que no cejará en sus intentos. Desde la guerrilla, el mensaje también fue que los esfuerzos por la paz continuarán.
"No me rendiré. Seguiré buscando la paz hasta el último minuto de mi mandato, porque ese es el camino para dejarles un mejor país a nuestros hijos", dijo el presidente de 65 años en cadena nacional.
Santos aclaró que seguirá vigente un cese al fuego bilateral con la guerrilla de las FARC y que enviará a sus negociadores a La Habana para hablar con los líderes rebeldes.
La mayoría de los colombianos mostró en el plebiscito –el primero desde 1957- el rechazo que tiene la sociedad a pactar con los jefes de las narcoguerrillas, que traen recuerdos de asesinatos, secuestros y ataques que creen deben ser castigados con la cárcel y sin la posibilidad de ocupar cargos públicos.
"Voté por el 'No'. No quiero enseñar a mis hijos que todo es perdonable", dijo Alejandro Jaramillo, un ingeniero de 35 años.
Aunque parece haber un consenso básico sobre la necesidad de alcanzar la paz, los opositores al pacto, comandados por el expresidente Álvaro Uribe, creen que es demasiado concesivo para las FARC porque muchos subversivos no cumplirían con sentencias de cárcel y recibirían una cuota automática de escaños en el 2018 en el Congreso.
"Todos queremos la paz, nadie quiere la violencia", dijo el popular Uribe leyendo una declaración ante la prensa, asegurando que está dispuesto a contribuir en un gran pacto nacional.
"Insistimos en correctivos para que haya respeto a la Constitución, no sustitución; justicia, no derogación de las instituciones; pluralismo político sin que pueda percibirse como premio al delito; política social sin poner en riesgo la empresa honorable", precisó Uribe, que obtuvo una gran victoria política con el triunfo del "No".
El plebiscito, en el que no era obligatorio participar, sólo les pidió a los colombianos que manifestaran su "Sí" o "No" al acuerdo. La abstención fue de casi 63 por ciento, probablemente afectada por las torrenciales lluvias en varias partes del país."Con el resultado de hoy sabemos que nuestro reto como movimiento político es todavía más grande y nos requiere más fuertes para construir la paz estable y duradera", dijo el cabecilla guerrillero Londoño desde La Habana.
Aunque para implementar el acuerdo no era obligatorio un plebiscito, Santos, que lideró años atrás la campaña militarcontra la guerrilla como ministro de Defensa de Uribe, quiso que tuviera legitimidad en la dividida Colombia.
Santos consideraba la consulta como la decisión política más importante de la historia reciente para la conservadora sociedad de Colombia y se perfilaba como un candidato al Nobel de la Paz por lograrlo.
El ministro chileno de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz, aseguró este lunes que su país "está disponible" para acompañar la nueva etapa que se abre en Colombia tras el triunfo del No.
"Nuestro país va a ayudar en todo lo que esté a nuestro alcance", dijo Muñoz a los periodistas a su llegada al palacio de La Moneda para participar en una reunión de ministros con la presidenta, Michelle Bachelet.
Chile ha sido país acompañante del proceso de paz desde que comenzaron en La Habana las tratativas entre el Gobierno del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y la guerrilla.
Santos escribió en su cuenta de Twitter: "El Jefe Negociador del Gobierno y el Alto Comisionado de Paz viajarán mañana a La Habana para informar a las FARC sobre diálogo político".
Por su parte, Uribe escribió en un comunicado publicado en Twitter que “el sentimiento de los colombianos que votaron por el Sí, de quienes se abstuvieron y los sentimientos y razones de quienes votamos por el No, tienen un elemento común: todos queremos la paz, ninguno quiere la violencia".
"Señores de la FARC: contribuirá mucho a la unidad de los colombianos que ustedes, protegidos, permitan el disfrute de la tranquilidad", añadió.
Uribe dijo que es fundamental que "en nombre de la paz no se creen riesgos a los valores que la hacen posible: la libertad, la justicia institucional, el pluralismo, la confianza en el emprendimiento privado, acompañado de una educación universal, de calidad, como cabeza de la política social”.
Por su parte, la organización de los derechos humanos Amnistía Internacional, consideró el triunfo del NO como una oportunidad perdida para la paz en Colombia.
En un comunicado emitido desde Londres, Amnistía Internacional indicó que el rechazo a ese acuerdo, forjado tras cuatro años de negociaciones, frustra la posibilidad de que el país finalmente se aleje de su trágica guerra de más de 50 años.
[Esta nota fue elaborada con información de Agencias]