El secretario de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), el colombiano Ernesto Samper, dio un espaldarazo al actual diálogo de paz que busca poner fin a más de medio siglo de conflicto armado en Colombia, lo que contrasta con las voces que dentro del país se oponen al proceso que permitiría, por ejemplo, que los rebeldes participen en política.
Samper, que se reunió el martes con el gobernante cubano Raúl Castro, elogió el proceso y agradeció a las autoridades comunistas de servir como sede y garante durante tres años, en el diálogo en que pese a los avances tras la toma de acuerdos parciales, no han faltado momentos tensos, desconfianza mutua y hasta amenazas de las partes de pararse de la mesa.
"Agradezco como colombiano esta circunstancia feliz que se esté
negociando aquí la paz de mi país", dijo Samper a periodistas en La Habana, según reportó la agencia Efe.
"Todos los que hemos sido presidentes de Colombia hemos tratado
de buena fe de iniciar procesos que lamentablemente no avanzaron en
ningún caso tanto como el que ha avanzado este proceso, que podrá ver
la luz al final del túnel quizás antes de terminar este año", agregó Samper, quien gobernó el país sudamericano entre 1994 y 1998.
A la vez, manifestó su apoyo al presidente Juan Manuel Santos y a las comunistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para que consigan un acuerdo de paz.
Excepticismo en Colombia
Sus comentarios contrastan con los que dentro del país están escépticos o se oponen al proceso, entre ellos el ex presidente Alvaro Uribe, un incansable opositor de las negociaciones de paz de La Habana.
Uribe, quien ha manifestado que un acuerdo de paz no debe sacrificar la debida justicia, dijo en diciembre pasado que los cabecillas de delitos atroces tendrán que ser recluidos en “condiciones penitenciarias”.
“En aras de la paz, sin que estemos de acuerdo, aceptamos que a la guerrilla se le trate como actor unilateral de conflicto y que se le aplique justicia transicional, administrada por el tribunal que informan los acuerdos, que no se aplicaría a los civiles ni a los integrantes de las Fuerzas Armadas”, dijo Uribe en un comunicado el pasado mes.
La ONG Human Rights Watch, es otra fuerza interna que se opone a lo que consideran paz con impunidad.
El diálogo entre las FARC y el Gobierno de Santos ha conseguido acuerdos parciales en temas como la entrega de la tierra a campesinos, la lucha contra el narcotráfico, el resarcimiento a las víctimas y la participación en política de los rebeldes.
Entre los más insólito estuvo el encuentro en La Habana entre Santos y el jefe de la guerrilla conocido como “Timochenko”, que tuvo la bendición del mandatario cubano Raúl Castro.
“Me dio un gran placer estirarle la mano a mi enemigo y decirle que este es un fantástico acuerdo", dijo Santos el pasado año a la agencia Reuters.
“Me sorprendió lo cordial que fue, hubo empatía en el sentido de que ahora estamos trabajando para que el proceso salga adelante", declaró Santos.
La Unión Europea y Estados Unidos consideran a la guerrilla de las FARC como una organización terrorista.