Aunque varias aerolíneas de Estados Unidos han suspendido o reducido sus rutas a Cuba en las últimas semanas, el auge del turismo a Cuba se mantiene a flote gracias a los cruceros que han incorporado a la isla en sus viajes al Caribe, señala en un reporte la agencia EFE.
"Existe una gran demanda del consumidor por viajar a Cuba y nuestros cruceros inaugurales a la isla han sido un éxito total", señaló el presidente y gerente general de Oceanía Cruises. Bob Binder.
Oceanía Cruises anunció este miércoles una serie de nuevos itinerarios de cruceros a Cuba a partir de noviembre próximo, con salida desde Miami y escalas en Cienfuegos, Santiago de Cuba y La Habana.
El primer itinerario, "Panoramic Caribbean", está programado para el 14 de noviembre, con salida desde Miami, e incluye una visita de dos días a La Habana, además de paradas en lugares como Roatán, Santo Tomás, Harvest Caye, Costa Maya y Nassau (capital de Bahamas).
El itinerario "Hemingway's Hideaways" hará escala en Cayo Hueso (extremo sur de Florida), La Habana, Cienfuegos y Santiago de Cuba.
Tanto Oceania, con sede en Miami, como otras líneas de cruceros como Norwegian Cruise Line y Regent Seven Seas Cruises, están ofreciendo durante 2017 viajes a Cuba.
En 2016, Cuba superó por primera vez los cuatros millones de turistas, de los que 112.000 llegaron en cruceros una cifra que se triplicará este año, con unos 370.000 cruceristas, dijo EFE.
"En los próximos dos o tres años apuesto totalmente por los cruceros porque es la forma que tiene el turista de traer su propia habitación ante el problema de la escasez de plazas hoteleras", afirmó a EFE el economista cubano José Luis Perelló, experto en el sector.
El crucero, explica Perelló, permite al viajero un "turismo exploratorio", ya que no pasan en La Habana -algunos también visitan Cienfuegos y Santiago de Cuba- más de dos días, en los que conocen el país de una manera superficial sin sufrir los "inconvenientes" de unas instalaciones turísticas aún en desarrollo.
¿Por qué prefieren el crucero?
El boom del turismo de los últimos años, desatado al calor del deshielo con EEUU, puso en evidencia las deficiencias de la isla: escasez de plazas hoteleras, servicio mediocre y precarias infraestructuras.
Mientras Cuba subsana esas deficiencias, el crucero garantiza al visitante una atención adecuada para sus estándares de calidad: una habitación confortable, comidas incluidas y comodidades como piscina o conexión wifi, no disponibles en todos los hoteles de Cuba.
Algunos turistas, como la londinense Joy, que viajó a Cuba con su esposo, en el crucero de la británica Thomas Cook, aprecian su estancia en La Habana: "Es todo tan de los años cuarenta y cincuenta. Es lindo y exótico", contaba a EFE, en su primera impresión tras bajar del barco. "Vamos a dar una vuelta en un carro americano antiguo, un paseo por La Habana Vieja y por la noche visitaremos el cabaret Tropicana", agregraba.
Otros turistas, como el alemán Gregory, se quejaban de la mala atención que recibió en el restaurante del hotel en el que se aloja: "tardaron mucho en servirnos y la comida estaba fría cuando llegó", aunque dijo a Efe que está contento de conocer un lugar tan "exótico" como Cuba.
En lo que va de año, Cuba ya ha superado el millón de turistas, lo que indica una buena tendencia para cumplir su objetivo de llegar a los 4,2 millones de visitantes en 2017.
Aunque Estados Unidos, solo permite a sus ciudadanos viajar a Cuba en viajes culturales o académicos, se ha convertido ya en el segundo emisor de visitantes a la isla, detrás de Canadá.
Esa euforia por visitar a Cuba contrasta con la reciente decisión de aerolíneas estadounidenses de bajo coste como Silver o Frontier de suspender sus trayectos a la isla; mientras que otras más grandes como American Airlines o Jet Blue, han reducido sus frecuencias y envían aviones de menor tamaño.
Esa decisión no se debe tanto a que los estadounidenses hayan perdido el interés por visitar la otrora "isla prohibida", sino por un exceso de oferta por parte de las aerolíneas de ese país, que restablecieron vuelos comerciales a Cuba en verano de 2016 tras casi medio siglo suspendidos.
"Al adjudicar 110 vuelos diarios, no hicieron ningún análisis de mercado porque eso significaba más de tres millones de pasajeros estadounidenses al año, una cifra que no recibe ni Cancún", aclaró Perelló.
(Con información de EFE)