La literatura cubana actual abrió un espacio interesante esta semana en el diario español El País. En una lista de los diez libros que seleccionan para acercar a los lectores a las novedades editoriales aparecen libros de Carlos Manuel Álvarez –crónica- y de Leonardo Padura –novela-, respectivamente, así como una selección de doce textos narrativos compilados por Leila Guerrero para volver sobre los supuestos cambios en Cuba.
Álvarez, un joven periodista que se lanzó de lleno a la crónica de los más oscuros rincones del país en la revista digital El Estornudo, es presentado aquí con la exquisita edición de la mexicana de La Tribu: retratos de Cuba, Sexto Piso (2017).
En entrevista con Martí Noticias, Alvarez, elegido en 2017 entre los 39 mejores escritores menores de 40 años en América Latina, reconoció que una mención a su libro como la que acaba de hacer El País le ayuda a ganar lectores.
“Amplifica el libro, es un hecho. A mí me gusta mucho que eso suceda, pero significa lo que significa. No vuelve a La Tribu un libro mejor o peor. Supongo que le consiga lectores, lo cual ya es todo”, dijo el autor de La Tribu, libro reconocido por The New York Times como uno de los mejores del 2017.
En una reseña que el ensayista Iván De La Nuez hace sobre el libro de crónicas, lo define como un cambio de perspectivas, del narrador y sus personajes.
“(…) una nueva generación se ha lanzado a la búsqueda de un lenguaje diferente, así como a un cambio en la condición misma de las noticias, sus actores y su escala. Porque en el paso de La Historia a las historias, el tamaño sí importa. Como importa la posición —arriba o abajo, en el centro o a un lado, al sol o a la sombra, en la Nación o en el barrio— de sus protagonistas. Da lo mismo que se trate de vendedores ambulantes o prostitutas de consumo nacional, médicos internacionalistas enviados por el Estado a los lugares más recónditos o desplazados en diáspora por toda Centroamérica, estrellas del deporte que cruzan el charco buscando la gloria en Estados Unidos o militantes de las Panteras Negras que lo cruzan al revés buscando el olvido en Cuba”, señala de la Nuez.
La escritora argentina Leila Guerrero quiso buscar otras voces que narraran la isla en medio de la puja por si estaban ocurriendo cambios o todo se helaba en una continuidad travestida con afeites y falsos maquillajes.
Son doce textos compilados en esta edición de Cuba en la encrucijada (Debate, 2017) de los que el crítico Javier Rodríguez Marcos asegura: “describen un país marcado tanto por el Periodo Especial de los años noventa —eufemismo para la dura crisis que siguió a la caída de la URSS— como por la visita de Obama o la muerte de Fidel Castro (uno de cuyos últimos empeños fue poner freno a la euforia desatada por la visita del presidente estadounidense)”.
En Cuba en la encrucijada vierten sus opiniones, ensayos y crónicas Carlos Manuel Álvarez, Jon Lee Anderson, Vladimir Cruz, Iván de la Nuez, Patricia Engel, Patricio Fernández, Rubén Gallo, Francisco Goldman, Wendy Guerra, Abraham Jiménez Enoa, Leonardo Padura y Mauricio Vicent.
En cambio -distinto a los altos niveles de promoción que ha recibido- Leonardo Padura lleva las de perder con su nuevo envoltorio para presentarnos al envejecido detective criollo Mario Conde en La transparencia del tiempo (Tusquets, 2018).
“Aquí está Mario Conde, como enclaustrado entre las cuatro paredes de la húmeda La Habana, con su chucho, sus visitas a la novia-amante de casi toda su vida, sus roces ideológicos con el régimen poscastrista y su endémica desilusión. En este sentido nada nuevo, aunque sí la sensación de que los años le caen sin remisión, además de unas ocasionales ganas de escribir. Nada nuevo, aunque con algunos matices”, afirma en su reseña el crítico de El País Ernesto Ayala.