El restablecimiento diplomático entre Cuba y EEUU cumplirá esta semana su primer aniversario con un diálogo bilateral fluido, aunque en medio de una delicada coyuntura política y económica en la isla, con un éxodo masivo que hace metástasis en Centroamérica en el empeño de los migrantes por llegar a territorio estadounidense.
Los cubanos siguen esperando tras el deshielo un cese del férreo control estatista, y mejoras tangibles que no ven por ninguna parte.
La reapertura de embajadas en La Habana y Washington, el 20 de julio de 2015, marcó un hito fundamental en la historia de los antiguos enemigos e impulsó "un proceso de construcción de confiabilidad que avanza", señaló a Efe el analista y exdiplomático cubano Carlos Alzugaray.
En su opinión, uno de los principales avances en la compleja etapa de "normalización" de relaciones que se inició tras el restablecimiento diplomático es "el diálogo cada vez más intenso y más constructivo entre ambos gobiernos".
Un año después de la reapertura de embajadas, la isla y su poderoso vecino han logrado consolidar un fluido contacto intergubernamental cuyos principales frutos han sido el acuerdo para el retorno de los vuelos regulares a la mayor de las Antillas, que comenzarán el próximo otoño, y el restablecimiento del servicio postal directo, entre otros acuerdos.
El deshielo ha propiciado también los primeros convenios empresariales en materia de telecomunicaciones para "roaming" de tráfico de voz, el inicio de cruceros regulares desde EEUU, e incluso el desembarco de una empresa norteamericana en el sector turístico: la cadena "Starwood", que ya ha comenzado a gestionar un hotel en La Habana en asociación con la empresa estatal cubana Gaviota.
Este proceso de "normalización" no está exento, sin embargo, de grandes escollos como el embargo a la isla, que sigue vigente, el reclamo de Cuba sobre la devolución de los terrenos que ocupa la Base Naval de Guantánamo o la violación fragrante de derechos humanos y libertades en la isla que, lejos de disminuir, ha aumentado con el deshielo, como revelan informes de organizaciones de derechos humanos, dentro y fuera de la isla.
La semana pasada, el Observatorio para la Protección de los Defensores de Derechos hizo una exposición detallada de los hechos represivos considerados como más graves durante los meses de abril y mayo de 2016 en Cuba, los cuales han aumentado exponencialmente desde el restablecimiento de relaciones entre ambos países.
Y la Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT), junto a la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), denunciaron la intensificación de los ataques contra opositores y activistas de derechos humanos en Cuba en los últimos meses.
En un comunicado, a través del programa conjunto Observatorio para la Protección de los Defensores de Derechos, las dos organizaciones expresaron su preocupación por el aumento de las detenciones arbitrarias contra los disidentes en la isla.
A pesar de las expectativas que generó la reconciliación con EEUU, Cuba llega al primer aniversario de la reapertura de embajadas en medio de una situación económica adversa provocada, entre otros factores, por la ineficiencia del sistema socialista y lo superficial e insuficiente de las reformas emprendidas por el gobernante Raúl Castro, además de la crisis en Venezuela, su principal aliado ideológico, que ha disminuido el suministro de petróleo a la isla.
Castro ha anunciado impopulares medidas de ajuste que pasan por el ahorro, la reducción del gasto y restricciones energéticas, con la promesa de que éstas no afectarán a la población.
A pesar de las expectativas, los cubanos de a pie coinciden en que el restablecimiento de relaciones no ha traído cambios positivos en la vida diaria del país.
"Lo que he visto es un cambio en la actitud de las personas", admite David, un tatuador de 41 años, quien además añade que los "cambios verdaderamente sustanciales están por verse".
Más tajante, Marta, una habanera de 59 años que custodia un museo de La Habana Vieja, dice que "no se ha visto ningún cambio".
El tema migratorio puede ser un termómetro para determinar lo que ha pasado en la isla tras el anuncio y restablecimiento de relaciones entre los gobiernos de ambos países. Así, según cifras del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, casi 15.000 migrantes cubanos ingresaron en Estados Unidos en los últimos tres meses del 2015.
En total, entraron a EEUU 44.159 migrantes registrados en el año fiscal 2015, y lo hicieron por más de 325 puntos de entrada de Estados Unidos.
El número de migrantes cubanos que llegaron a EEUU en el 2015 aumentaba trimestralmente este año, de 5.770 cubanos que llegaron en los tres primeros meses previos al anuncio del 17 de diciembre de 2014, a 14.114 en el último trimestre del año fiscal 2015.
Teniendo en cuenta que en los cinco primeros meses del año fiscal 2016 llegaron a Estados Unidos casi 28.000 cubanos, y el patrón ascendente de llegadas, se calcula que para el año fiscal 2016 entrarán a territorio estadounidense alrededor de 66.000 cubanos.