Con la implementación de medidas para legalizar la pequeña y mediana empresa privadas, crear un mercado mayorista que abastezca a los trabajadores por cuenta propia y permitir que el sector privado exporte y venda en la zona de libre comercio de Mariel, el gobierno cubano anunció el jueves un paquete de medidas que parece haberle hecho caso por fin a los economistas independientes dentro de la isla.
Al mismo tiempo, reconoció –no sin antes disfrazarla de sacrificio necesario “en beneficio del pueblo”— una decisión que ya era vox populi: habilitar una red minorista en todo el país para vender alimentos, útiles de aseo y otros productos básicos en dólares.
A partir del lunes habrá 14 de esas tiendas en La Habana y al menos dos en cada provincia. "En solo 72 de los más de 4.800 puntos de venta", clamaba el periódico Granma el viernes.
El régimen elimina el gravamen de 10 por ciento a los dólares, pero las tarjetas magnéticas servirán para sacar dinero en efectivo de los cajeros automáticos solo en CUC y CUP. El anuncio incluyó una promesa de ampliar el trabajo por cuenta propia y la constitución de cooperativas no estatales en ese sector.
“Vamos a dar por concluido ya el experimento que estábamos trabajando con las cooperativas: vamos a impulsar también las cooperativas en el sector no estatal, con algunas variantes que están ya incorporadas en la estrategia, y vamos a ampliar el trabajo por cuenta propia”, informó en el programa Mesa Redonda de la televisión cubana el ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández.
“Vamos a transformar la manera en que hoy se conduce, se autoriza; vamos a buscar un poco más de flexibilidad, que no haya tanto detalle en cuanto a las actividades” permitidas en el cuentapropismo, añadió.
De acuerdo con el ministro de Economía y Planificación de Cuba, hay que “permitir que el mercado se exprese” y crear condiciones para que la empresa estatal pueda tomar decisiones sobre asuntos “que corresponde decidir a un empresario y que no les corresponden a los niveles superiores de dirección”,
No tenemos que estar en los ministerios ni en los niveles superiores de dirección del país tomando decisiones que corresponden al empresario; el empresario debe tener claro cuál es su misión y tiene que disponer de los elementos para poder cumplirla, aseguró.
“Estamos concibiendo que en nuestra economía pueden funcionar micros, pequeñas y medianas empresas estatales; micros, pequeñas y medianas empresas privadas, e incluso mixtas”, declaró el también primer viceministro del gobierno. “O sea, es una formulación vamos a decir superior al concepto de las micros, pequeñas y medianas empresas solo en el sector privado”.
Declaró que el gobierno está “avanzando en algunos conceptos vinculados con el banco de fomento agrícola, que son estructuras de financiamiento diferentes” y en “la flexibilización de la comercialización […], una comercialización de productos agropecuarios no monopólica”, donde lo que prime sea la eficiencia, el menor costo entre el productor y el consumidor.
“Ha estado ausente en la economía una presencia estable de un mercado mayorista”, dijo Gil Fernández. “Los trabajadores por cuenta propia se han venido reaprovisionando en el mercado minorista. Eso ya no es posible hacerlo; desde el punto de vista práctico, no tenemos suficiente oferta. Entonces, hay que crear condiciones para ello”.
Antes de la comparecencia de Gil Fernández y otros dirigentes, la Mesa Redonda transmitió un discurso del gobernante Miguel Díaz-Canel en la reunión extraordinaria del Consejo de Ministros la mañana del jueves, en el cual se quejaba de que en los últimos días “se ha estado especulando alrededor de algunas medidas que son complejas y que no benefician a todos los sectores sociales por igual”.