Los fuertes recortes en la entrega de combustible para el transporte y el ahorro forzoso de energía con largos apagones, tanto en el área residencial como estatal, se hacen sentir dramáticamente en la esfera alimentaria de la población cubana.
Así se pone en peligro la conservación de alimentos de la muy escasa canasta familiar en Cuba. Los apagones duran desde las ocho de la mañana a las tres de la tarde, dijo a Radio Martí Ramón Salazar, residente en Isla de Pinos, por lo que es inevitable que los alimentos refrigerados sufran deterioro, en detrimento de los consumidores, señaló.
Por su parte, la retirada Nilda Leiva dijo que "el pollo ya viene con peste de la carnicería" y que el calor es tanto y tan agobiante que ella preferiría poder morirse de frío en Alaska y no tener que soportarlo en Cuba con los continuos apagones.
El recorte en el consumo de combustibles también afectará a la red de tiendas del Ministerio de Comercio Interior, especialmente al sistema de transporte que asegura el abasto de productos en las tiendas recaudadoras de divisas.
Las entidades estatales priorizarán la distribución de alimentos y productos básicos más demandados por la población como aceite, arroz, cárnicos, jabones y detergentes, debido a que la empresa reducirá el plan de transportación desde los almacenes a menos del 50 por ciento, dijo un funcionario de la corporación CIMEX al sitio digital Cubanet.
Inquietantes rumores acerca de que un segundo período especial podría estar a la vuelta de la esquina recorren la isla de un extremo al otro, y han disparado la incertidumbre de los cubanos, que han comenzado a comprar balones pequeños de gas como reserva mientras esperan una respuesta oficial que aclare hacia dónde va la isla.
La caída en los precios del petróleo y la crisis que atraviesa su aliado y benefactor, el mandatario venezolano Nicolás Maduro, están en la base de medidas de recorte energético como la reducción al 50 % del consumo de electricidad en las dependencias estatales durante el verano.
