El gobierno de Cuba promulgó para su nueva Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM) un régimen de exenciones impositivas a la fuerza de trabajo y las utilidades, entre otros renglones, medidas con las que busca atraer a inversionistas extranjeros.
El decreto-ley aprobado la semana pasada y publicado este lunes en la Gaceta Oficial crea la ZEDM en un área de 465 kilómetros cuadrados, e incluye un reglamento para su operación.
Los usuarios y concesionarios de lo que las autoridades esperan sea un parque de producción industrial y exportación estarán exentos del impuesto a la fuerza de trabajo, a las utilidades por 10 años, aranceles aduaneros —para bienes importados con vistas a procesarlos y reexportarlos— y a las ventas y los servicios durante los primeros 12 meses de operaciones.
Una vez transcurridos los 10 años estipulados se impondrá un tributo del 12% sobre las utilidades, y a los 12 meses el tipo impositivo para las ventas o servicios será del 1%.
Además tendrán un régimen aduanero simplificado y su gobierno estará a cargo de una oficina especial que dependerá del Consejo de Ministros.
Según el texto el objetivo de crear la zona es "promover el incremento de la infraestructura y las actividades que permitan un aumento de la exportaciones, la sustitución de importaciones" y " generar fuentes de empleo" además de "atraer a la inversión extranjera".
Las autoridades cubanas reconocieron últimamente la necesidad de la inversión extranjera, que en los últimos años cayó de manera ostensible, aunque los funcionarios rechazan ofrecer cifras.
El decreto-ley, su reglamento y otras seis resoluciones de ministerios que adaptan las normas comunes para el área especial entrarán en vigencia el 1ro de noviembre.
Las leyes también especifican que los trabajadores cubanos o residentes permanente en la isla que sean tomados por las firmas asentadas en Mariel serán -como hasta ahora- contratados de manera indirecta a través de una agencia empleadora estatal que da el visto bueno o no para el personal de las empresas foráneas y es un mecanismo bastante criticado por los empresarios.
El Puerto de Mariel, eje de las actividades de la Zona Especial y situado a 45 kilómetros al oeste de la capital, canalizará las operaciones comerciales que hasta ahora recaían en La rada habanera.
En 2009 las autoridades reconocieron que era imposible ampliar la infraestructura portuaria más importante del país en la Bahía de La Habana, en cuya boca de entrada se encuentra un túnel submarino destinado al tráfico vehicular que impide aumentar su calado.
El incremento del calado es vital para dar cabida a los buques Post Panamax, de mayor capacidad de carga, que navegarán luego de que finalice la ampliación del canal de Panamá en 2015.
Cuba consiguió asociarse con Brasil para llevar adelante el nuevo Puerto de Mariel. La inversión es de 900 millones de dólares, de los cuales 640 corresponden al país sudamericano.
"No es sólo un puerto, es un sistema logístico de exportación de bienes producidos aquí en Cuba", señaló la presidenta de Brasil Dilma Rousseff, quien recorrió junto a su colega Castro las instalaciones todavía en cimientos en enero de 2012.
Se prevé que Rousseff viaje a Cuba en enero de 2014 para inaugurar la primera etapa de 700 metros de muelle y la terminal de contenedores, que tendrá capacidad hasta para un millón de estos portadores.
No es la primera vez que se intenta poner en marcha una zona franca en la isla, pues desde fines de la década de 1990 se aprobaron leyes para la creación de pequeños parques de este tipo, que fueron desactivándose sin lograr el impacto esperado en la economía de la isla.
El decreto-ley aprobado la semana pasada y publicado este lunes en la Gaceta Oficial crea la ZEDM en un área de 465 kilómetros cuadrados, e incluye un reglamento para su operación.
Los usuarios y concesionarios de lo que las autoridades esperan sea un parque de producción industrial y exportación estarán exentos del impuesto a la fuerza de trabajo, a las utilidades por 10 años, aranceles aduaneros —para bienes importados con vistas a procesarlos y reexportarlos— y a las ventas y los servicios durante los primeros 12 meses de operaciones.
Una vez transcurridos los 10 años estipulados se impondrá un tributo del 12% sobre las utilidades, y a los 12 meses el tipo impositivo para las ventas o servicios será del 1%.
Además tendrán un régimen aduanero simplificado y su gobierno estará a cargo de una oficina especial que dependerá del Consejo de Ministros.
Según el texto el objetivo de crear la zona es "promover el incremento de la infraestructura y las actividades que permitan un aumento de la exportaciones, la sustitución de importaciones" y " generar fuentes de empleo" además de "atraer a la inversión extranjera".
Las autoridades cubanas reconocieron últimamente la necesidad de la inversión extranjera, que en los últimos años cayó de manera ostensible, aunque los funcionarios rechazan ofrecer cifras.
El decreto-ley, su reglamento y otras seis resoluciones de ministerios que adaptan las normas comunes para el área especial entrarán en vigencia el 1ro de noviembre.
Las leyes también especifican que los trabajadores cubanos o residentes permanente en la isla que sean tomados por las firmas asentadas en Mariel serán -como hasta ahora- contratados de manera indirecta a través de una agencia empleadora estatal que da el visto bueno o no para el personal de las empresas foráneas y es un mecanismo bastante criticado por los empresarios.
El Puerto de Mariel, eje de las actividades de la Zona Especial y situado a 45 kilómetros al oeste de la capital, canalizará las operaciones comerciales que hasta ahora recaían en La rada habanera.
En 2009 las autoridades reconocieron que era imposible ampliar la infraestructura portuaria más importante del país en la Bahía de La Habana, en cuya boca de entrada se encuentra un túnel submarino destinado al tráfico vehicular que impide aumentar su calado.
El incremento del calado es vital para dar cabida a los buques Post Panamax, de mayor capacidad de carga, que navegarán luego de que finalice la ampliación del canal de Panamá en 2015.
Cuba consiguió asociarse con Brasil para llevar adelante el nuevo Puerto de Mariel. La inversión es de 900 millones de dólares, de los cuales 640 corresponden al país sudamericano.
"No es sólo un puerto, es un sistema logístico de exportación de bienes producidos aquí en Cuba", señaló la presidenta de Brasil Dilma Rousseff, quien recorrió junto a su colega Castro las instalaciones todavía en cimientos en enero de 2012.
Se prevé que Rousseff viaje a Cuba en enero de 2014 para inaugurar la primera etapa de 700 metros de muelle y la terminal de contenedores, que tendrá capacidad hasta para un millón de estos portadores.
No es la primera vez que se intenta poner en marcha una zona franca en la isla, pues desde fines de la década de 1990 se aprobaron leyes para la creación de pequeños parques de este tipo, que fueron desactivándose sin lograr el impacto esperado en la economía de la isla.